Ferrera corta la única oreja de una exigente corrida

Gijón (España).-  El diestro Antonio Ferrera cortó la única oreja de una exigente y complicada corrida de Alcurrucén, hoy en el segundo festejo de la Feria de Begoña de Gijón (norte).

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Se lidiaron toros de Alcurrucén, el cuarto con el hierro de Lozano Hermanos, de la misma casa ganadera, desiguales de presentación, encastados y complicados. El mejor, el tercero. También "se dejaron" los nobles cuarto y sexto, aunque yendo a menos.

Luis Francisco Esplá, palmas y ovación.

José Pedro Prados "El Fundi", silencio y palmas.

Antonio Ferrera, ovación tras un aviso y una oreja.

La plaza tuvo algo más de media entrada en tarde agradable.

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LA FIRMEZA DE FERRERA

Esplá, que antes de comenzar el festejo recibió una placa conmemorativa al hacer su último paseíllo en "El Bibio", nada pudo hacer con su primero, muy castigado en el caballo, y que apenas se movió en la muleta. Lo intentó el torero con ganas, pero aquello fue imposible,

Con el cuarto anduvo Esplá más en lo accesorio que en lo fundamental. Cumplió en el capote, variado y con buen aire, y anduvo fácil en banderillas. La faena de muleta tuvo algunos pasajes sueltos pero otra vez sin redondear.

"El Fundi" tuvo en primer lugar un toro complicado, que topaba más que embestía y que "rebañaba" por dos pitones. Difícil papeleta que el torero madrileño solventó a base de firmeza y aguante.

Tampoco fue toro propicio el cuarto, que tuvo mayor nobleza que el anterior, pero que igualmente acabaría reservón y "orientándose". Puso entrega "El Fundi", aunque nada más. Optó por abreviar.

Ferrera pudo haber cortado al menos una oreja a su primero, uno de los pocos toros con cierta calidad en la muleta del envío, a pesar de mansear en los dos primeros tercios. El extremeño instrumentó una faena de mucho ritmo pero de poco temple. Muletazos largos y por abajo, limpios y mandones. Trasteo vibrante. Pero como falló al matar, todo quedó en una fuerte ovación.

Consiguió el trofeo en el sexto, toro también con casta y motor, por una faena de igual planteamiento y ejecución. Muletazos de buen trazo pero un punto acelerados, en una labor que el público siguió con intensidad. Estuvo bien Ferrera, con un toro que acabó parándose y frente al que recurrió a los alardes y guiños al tendido para completar la labor. Esta vez si acertó con la espada.