Militares ratifican las quejas sobre los aviones rusos hechas antes del accidente del Yak-42

Madrid.-  Siete mandos militares han ratificado hoy ante el juez Fernando Grande-Marlaska, que investiga las supuestas irregularidades en la contratación del Yak-42, las quejas que trasladaron, antes de suceder el accidente, sobre los aviones rusos en los que viajaban los militares españoles a zonas de operación.

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(EFE)

El responsables del Estado Mayor Conjunto (EMACON) José Antonio Martínez (d), uno de los encargados de controlar los contratos de los aviones, junto a su abogado a su llegada a la Audiencia Nacional el pasado día 24 de junio.

Durante su comparecencia, a la que han acudido en calidad de testigos, el ex jefe del Mando de Apoyo Logístico a las Operaciones (JEMALOG-OP), el general de brigada Luis Casteleiro, encargado de coordinar los vuelos a Afganistán, ha asegurado que hasta que dejó ese cargo (diciembre de 2002), "nunca usó" aviones ex soviéticos para el pasaje, sino aeronaves españolas.

Casteleiro, según ha explicado a los periodistas el letrado de la Asociación de Familiares del Yak-42, Leopoldo Gay, ha destacado que para trasladar la carga sí empleaban aviones ex soviéticos y ha reconocido que después de su marcha hubo un "cambio a la hora de la contratación en cuanto al pasaje".

El magistrado también ha tomado declaración al jefe del contingente Aspfor V, el teniente coronel Manuel Godoy, que viajó a Afganistán en un Tupolev-154 ruso doce días antes del accidente -ocurrido en Turquía el 26 de mayo de 2003- y elaboró un informe en el que ponía de manifiesto diversas irregularidades en el vuelo.

Destacó que la tripulación no realizó la demostración obligatoria de medidas de seguridad, que las puertas de emergencia estaban obstruidas y tenían fugas y aportó cuatro fotografías en las que se apreciaba un "gran deterioro" del tren de aterrizaje, así como manchas de queroseno en el interior de los motores.

Otro de los testigos que han comparecido hoy ante Grande-Marlaska ha sido el comandante Antonio Martínez de los Reyes, que viajó un día después del accidente del Yak-42 en el último vuelo realizado con aviones rusos a través de Namsa, la empresa de la OTAN mediante la que Defensa realizaba las contrataciones de las aeronaves.

En su informe, Martínez de los Reyes señaló que "no parecía el momento más adecuado para entrar en detalles" sobre las condiciones de los aviones, pero adjuntó cinco fotografías en las que se observaba el tren de aterrizaje desgastado, carga sin asegurar junto a los pasajeros y cables y paneles sueltos por todo el aparato.

Otro de los dictámenes ratificados ha sido el que emitió el 24 de enero de 2003 el sargento Tomás Lidón, que hoy ha recordado que sus quejas eran sobre un avión ruso cuyos asientos eran "prácticamente una tabla sin respaldo definido", la mascarilla de oxígeno parecía estar "usada y sucia", no había cinturón de seguridad e iba "cargado a tope".

Por su parte, el ex jefe de la Plana Mayor del contingente Aspfor III, el teniente coronel Jesús María Cirujano, ha ratificado el informe que hizo en noviembre de 2002 donde se quejaba de los "contradictorios y numerosos" mensajes que recibían el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el JEMALOG-OP y el General Jefe del Mando Aéreo de Levante (GJMALEV) sobre los horarios previstos de los aviones ex soviéticos que aterrizaban en Afganistán.

Según ha dicho Gay, todos los testigos han explicado que sus informes pasaron a sus superiores inmediatos, que finalmente, ha recalcado, "convergen en el Ministerio de Defensa".