Víctimas de minas antipersonales critican la falta de ayuda al colectivo

Ginebra.-  Diez años después de la entrada en vigor del Tratado que prohibió las minas antipersonales, los supervivientes de estos artefactos denuncian la falta de políticas de reinserción en la sociedad y de asistencia médica y psicológica.

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(EFE)

El ministro austríaco de Exteriores, Michael Spindelegger (d), y el afgano Firoz Ali Alizada, víctima de la explosión de una mina, durante la presentación del informe "Voces desde el terreno", en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra.

"La situación no ha cambiado para los 500.000 supervivientes de minas antipersonales de todo el mundo", dijo hoy durante la presentación del informe "Voces desde el terreno" el director general de Handicap International en Bélgica, Marc Joolen.

El informe se presenta la víspera de que se celebre en Ginebra mañana y pasado mañana la segunda reunión preparatoria para la cumbre de Cartagena de Indias (Colombia) que el próximo noviembre analizará los avances en los últimos diez años en la retirada de estos explosivos.

Más de 1.500 supervivientes de minas de 25 países ofrecieron sus testimonios para este estudio.

Colombia, el país del mundo donde hay más víctimas por minas, tiene unos 5.800 supervivientes, según el informe, que subraya que el acceso a los servicios para éstos se vio entorpecido entre 2005 y 2009 por el conflicto que se desarrolla en el país.

Los mayores progresos se han visto en los cuidados médicos, según reconocieron un 36 por ciento de las víctimas entrevistadas, mientras que el 39 por ciento de los supervivientes aseguró que la calidad de los centros de rehabilitación física había mejorado.

La mayoría de estos servicios los ofrecen agencias internacionales, pero el transporte de ida y vuelta al lugar siguen siendo un problema.

El superviviente afgano Firoz Ali Alizada declaró que cuando perdió ambas piernas por una mina hace 13 años ninguna ambulancia le llevó al hospital: "después de 18 horas fui yo mismo para que me atendieran. Mi supervivencia fue un milagro".

"En el hospital me operaron tan mal que tuve que operarme otras 7 veces cuando fui al hospital del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Kabul", denunció.

"No me dieron ninguna ayuda psicológica a pesar de que estaba deprimido. Hoy aún siento mi trauma. No soy una persona normal de la sociedad porque no me dieron el apoyo necesario al principio", lamentó.

De hecho, el informe recoge que "tan sólo un 21 por ciento de los supervivientes entrevistados cree que los servicios de apoyo psicológico y de reintegración social mejoraron desde 2005".

Por otro lado, entre las víctimas abundan los desempleados y 9 de cada 10 supervivientes dicen ser el último de la cola para trabajos.

Esta es la primera vez en la que un informe recoge la opinión de las víctimas de las minas antipersonales sobre la asistencia que se les ofrece en los países más afectados por este problema.