Bajo sospecha el destino de los fondos de la restauración del velero 'Hispania'

Palma.-  El futuro del velero 'Hispania', de cuya restauración es responsable la Real Fundación Hispania de barcos de Epoca (RFHBE) y que aún continúa varado en los Astilleros Mallorca de Palma sin fecha de botadura, ha sido el detonante de una dura polémica interna en relación a los fondos empleados para su reforma, lo que podría finalizar con la intervención judicial.

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(EFE)

En la imagen de archivo, el "Hispania IV", velero construido en los astilleros de la localidad vizcaina de Las Arenas en 1931, que perteneció al Rey Alfonso XIII.

La expulsión del Patronato de la Real Fundación Hispania de Barcos de Epoca el pasado 25 de junio de cuatro de sus patronos por hacer públicas supuestas irregularidades en el funcionamiento de la Fundación, ha desembocado en la presentación, el pasado 21 de julio, de una demanda de los mismos ante los juzgados de Primera Instancia de Madrid, donde la fundación tiene su sede, y que puede abrir un serio debate al respecto del control de las Fundaciones por parte del Protectorado del Ministerio de Cultura.

El 'Hispania', un diseño del legendario William Fife, fue botado en 1909 y con el que compitió durante muchos años, junto a su gemelo el 'Tuiga', recuperado en un lamentable estado en 1989 y que cuatro años después, totalmente restaurado, volvió a navegar.

También recuperado en pésimas condiciones, el 'Hispania' lleva ya diez años en su restauración. Según Emilio Espinosa, presidente de la Fundación, la restauración ha costado tres millones de euros.

Según el mismo presidente, la RFHBE, creada en 1997 con el objetivo principal de restaurar el barco, ha ingresado fondos públicos, privados y donaciones por valor de 6,9 millones de euros y se especula que aún se debe a Astilleros Mallorca algo más de 300.000 euros.

La propia fundación ha reconocido que existe una deuda con Astilleros Mallorca. A este respecto, EFE ha podido saber que el fastuoso acto de presentación del 'Hispania' a los medios e instituciones en agosto de 2007 -única vez que el barco ha sido puesto en el agua, sin estar aún acabado- se realizó para no perder una serie de subvenciones ministeriales.

Agustín Latorre, actual director de la Oficina de Turismo de Castilla-León en Madrid, director del gabinete de Presidencia en el gobierno de José María Aznar y armador del Noriema, presentó ya una demanda de intervención de la Fundación, la cual se concreta en una carta del 18 de febrero de este año y sellada en el registro de entrada del Ministerio de Cultura, contestada el 25 de marzo.

Además, está pendiente la respuesta de una intervención temporal de la Fundación del 15 de mayo de los corrientes.

Latorre fue uno de los miembros de la Fundación que gestionó directamente el acuerdo entre el antiguo Ministerio de Ciencia y Tecnología y las empresas Innovamar y Pymar, que supuso una aportación de 1.025.976 euros para la restauración del 50 por ciento del presupuesto vigente en octubre de 2003.

Además, la Fundación ha recibido en los últimos cuatro años más de un millón de euros en subvenciones del Govern balear y del Consell Insular de Mallorca, según consta en el Boletín Oficial de les Illes Balears (BOIB), a las que deben sumarse otras cantidades del Ayuntamiento de Palma de Mallorca.

A estas subvenciones públicas también debe sumarse el patrocinio de la empresa Asisa y las múltiples donaciones particulares y de una treintena de empresas privadas.

En la demanda presentada por Eduardo Jardón en representación de los cuatro patronos expulsados de la Fundación, se pide la procedencia y cuantía de los recursos empleados hasta el momento, una información que no se ha conseguido.

En la misma se indica que el presidente, Don Emilio Espinosa, Marín, quien tiene delegadas a su favor todas las facultades de la Fundación, señala que no puede informar por preservar el anonimato del donante, lo que es totalmente ilegal.

También se pide conocer los beneficiarios de los recursos y del patrimonio de la fundación. Ni el patrono demandante D. Eduardo Jardón ni los demás han conseguido nunca esta información, a pesar de haber preguntado continuamente adonde ha ido el dinero recaudado.

Asimismo y como dispone la Ley de Fundaciones, la exhibición de los libros de comercio, el libro diario, los libros de inventarios y las cuentas anuales de la fundación y la contabilidad de las fundaciones se ajustará a lo dispuesto en el Código de Comercio, y los patronos deberán tener acceso a los mismos.