Ecuador asume la presidencia de la Unasur en la sala donde se firmó la independencia

Quito.-  Ecuador recibirá mañana la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en la Sala Capitular del convento de San Agustín, donde en 1809 se firmó el acta de la independencia de lo que hoy es esta nación andina.

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(EFE)

Vista de la Sala Capitular del convento de San Agustín, donde en 1809 se firmó el acta de la independencia de Ecuador, nación andina que recibirá este 10 de agosto de 2009, la presidencia pro tempore de la Unasur.

Hace algunos meses, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, había ya señalado que el mejor escenario para recibir la presidencia pro témpore de manos de su colega de Chile, Michelle Bachelet, era la Sala Capitular, al cargar de simbolismo el acto en el que participarán nueve de los 12 presidentes de Unasur.

La Sala Capitular, donde no estarán los presidentes de Colombia, Alvaro Uribe; de Uruguay, Tabaré Vázquez, ni de Surinam, Ronald Venetiaan, recibe a los visitantes con una placa que reza: "En esta sala, el 16 de agosto de 1809, los diputados del pueblo ratificaron solemnemente con su firma la independencia de la patria proclamada el 10 de agosto".

Ubicada en el corredor oriental, la Sala Capitualr es la más grande del convento, con 22,5 metros de largo, 7 de ancho y 6 de alto, tiene dos filas de bancas talladas y una tribuna en alto con una concha acústica de remate, explicó a Efe el prior del convento, Patricio Villalba.

Con piso de ladrillo, la Sala Capitular reúne tres estilos completamente diferentes de decoración: el barroco español, el barroco quiteño y el estilo mudéjar.

El artesonado está compuesto de 48 lienzos anónimos decorativos sobre la orden de San Agustín.

El objetivo principal de su construcción era albergar a la Comunidad Agustina, por este motivo la sillería trabajada en madera de cedro negro al natural, se dispone alrededor de la sala, que puede acoger a un centenar de personas.

Antes de su inauguración fue utilizada como Aula Magna de la Universidad de San Fulgencio y después, en 1741, se la empleó para los Capítulos, (reuniones en donde se organiza el plan de acción comunitaria y elección de los responsables de su ejecución).

Entrando al siglo XIX, el 16 de Agosto de 1809 se permitió la entrada de personas seglares al convento para firmar las actas de independencia.

Doscientos años después, la Sala Capitular, que es también fosa común de cientos de víctimas de la guerra de la independencia, vuelve a la palestra de la historia.

Esta vez lo hace en un proceso de integración al que Correa suele referirse como una nueva independencia, una que nazca y crezca en la región alejada de dependencias externas.

El convento de San Agustín comenzó a construirse en 1580 con los planos del español Francisco Becerra y tardó 80 años en terminarse.

El complejo de San Agustín comprende la iglesia de estilo gótico puro y el convento que, a su vez, alberga el claustro bajo, con los jardines y la Sala Capitular, y el alto, donde ahora se encuentran el museo colonial y las habitaciones de la comunidad religiosa.

Considerado como una de las obras arquitectónicas más destacadas de la zona colonial, el complejo tiene en su interior un patio con jardín y una pileta cuadrada en el centro, que terminó de construirse en 1665, diez años después de iniciada la obra, con piedras sacadas del volcán Pichincha, a cuyas faldas se levanta Quito.

Las paredes del convento están cubiertas de pinturas que miden 2,15 metros de alto por 2,10 de largo, que nacieron del ingenio del artista quiteño Miguel de Santiago y que se separan unos de otros por divisiones verticales de madera de cedro talladas y cubiertas por pan de oro de 24 quilates.

Así como otros espacios religiosos, en 1895, el convento de San Agustín, se convirtió en cuartel militar, lo que dañó algunos apartes del complejo, que ahora se abre para acoger a la III reunión ordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de Suramérica, varios de los cuales defienden el llamado Socialismo del Siglo XXI.

En el borrador de la declaración final de la Cumbre de la Unasur figura una condena a los golpes de Estado y el respaldo al respeto a la democracia, que prevén suscribir en la Sala Capitular.

La Unasur, nacida el 23 de mayo de 2008 en Brasilia (Brasil), está formada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Surinam y Venezuela.