De Narváez "no ve otro camino" para Kirchner que el procesamiento por corrupción

Buenos Aires.-  El empresario Francisco de Narváez, ganador de las elecciones legislativas frente a Néstor Kirchner, afirmó hoy que "no ve otro camino" para el ex presidente argentino que ser procesado por corrupción y auguró "crisis" si el Gobierno no atiende el mensaje de las urnas e introduce cambios.

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(EFE)

"El kirchnerismo ha sido uno de los Gobiernos más corruptos de los últimos 25 años en Argentina", señaló Francisco De Narváez, diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. EFE/Archivo

"El kirchnerismo ha sido uno de los Gobiernos más corruptos de los últimos 25 años en Argentina", señaló De Narváez durante un encuentro con un grupo de corresponsales extranjeros.

"No veo otro camino (para el ex mandatario Néstor Kirchner, 2003-2007) que ser procesado, y si es declarado culpable, debe pagar", insistió el empresario, que se considera peronista disidente y se impuso en las legislativas del 28 de junio en la provincia de Buenos Aires con una alianza con la derechista Pro, liderada por el alcalde de la capital, Mauricio Macri.

En Argentina, añadió, "la condición de excepcionalidad se debe terminar, las penas y los castigos deben ser ejemplares" y, advirtió, "viene una mayor actividad de la justicia sobre las causas abiertas relacionadas con el Gobierno".

En el caso de Néstor Kirchner, "de comprobarse las irregularidades y ser reclamado por la Justicia, puede ser destituido", apuntó De Narváez, pese a que, como diputado, el ex presidente goza de inmunidad parlamentaria.

Según el empresario, de origen colombiano, la derrota electoral del oficialismo debe llevar al Gobierno de Cristina Fernández a introducir cambios para garantizar la estabilidad durante los dos años y medio que restan de legislatura, hasta las presidenciales de 2011.

"Hoy Argentina está desgobernada. El kirchnerismo está terminado como forma de gobierno, lo que no significa que el Gobierno de Cristina Fernández esté terminado, sino que debe encontrar otra forma", opinó.

A su juicio, en las próximas semanas, Fernández debería elaborar una agenda de prioridades, entre las que citó el tratamiento de la epidemia de gripe A, el "colapso" económico y el conflicto con el sector agrario.

"Nosotros creemos que tenemos que colaborar y cooperar para que el Gobierno encuentre el camino", agregó De Narváez, convencido de que "no hay dos años sin ajuste, esto es cuestión de meses".

"Hay que buscar una política de consenso y oxigenar el Gabinete", subrayó.

El "punto de inflexión", continuó, está en el próximo 26 de agosto, cuando vence el plazo para renovar los llamados "superpoderes" del Gobierno, que le permiten manejar fondos públicos sin autorización parlamentaria.

"Yo estoy considerando darle al Gobierno la gobernabilidad, pero no como un cheque en blanco", declaró el empresario, para quien Fernández está "peleada con la gente" y no parece dispuesta a introducir los cambios económicos necesarios, aunque "no debe renunciar".

La presidenta, agregó, "debe darle a su Gobierno una fisonomía de gobierno nacional, si toma ese rumbo, todavía hay tiempo", en caso contrario, "si no hay cambios ni ajuste, habrá crisis".

"Las condiciones de Argentina son críticas, pero no dramáticas como para no poder evitar una crisis. Ahora, (esperar) dos años y medio, no", insistió De Narváez, convencido de que hubo una "tolerancia excesiva" hacia el kirchnerismo y que su derrota electoral puso fin a una etapa de "miedo".

En la actual coyuntura política argentina, el vicepresidente Julio Cobos -enfrentado con Fernández y Kirchner- no debería renunciar, sino cumplir su papel como "resguardo de la calidad institucional", dijo, mientras que los gobernadores provinciales deberían plantear un federalismo real.

Además, según De Narváez, el sindicalismo, liderado por la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT, vertical), "va a pasar por un proceso de transformación profundo".

En cuanto a otras influyentes figuras políticas, como el ex presidente Eduardo Duhalde, opinó que "ya cumplió su ciclo en la política y lo mejor que puede hacer es ocupar un lugar de consejo y reflexión y no pretender un protagonismo equivocado".

De Narváez se impuso por algo más de dos puntos a Néstor Kirchner, en unas elecciones que propinaron al oficialismo una contundente derrota en el cinturón industrial de Buenos Aires, tradicional bastión peronista.