Ex jefes de Estado abogan por un encuentro Occidente-Oriente contra el terrorismo

Santander.-  Varios ex jefes de Estado y Gobierno han abogado hoy Santander por convocar un encuentro entre el mundo occidental y el islámico para comprender "mejor" el fenómeno del terrorismo internacional y buscar una "estrategia común" para combatirlo, porque "afecta a todos".

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(EFE)

El ex presidenta de Irlanda Mary Robinson antes de su intervención en el encuentro "El Estado de Derecho, el Imperativo de Seguridad y la lucha internacional contra el terrorismo", que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander.

En esta idea han coincidido la ex presidenta de Irlanda, Mary Robinson, el jefe de Estado de la República de Mauricio, Cassam Uteem, el ex primer ministro de Rumanía, Petre Roman, y el ex primer ministro de Letonia, Valdis Birkavs, con motivo de su presencia en el encuentro que el Club de Madrid ha organizado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Cassam Uteem ha opinado que el problema del terrorismo "es también de los musulmanes" y, por ello, ha afirmado que es necesaria una reunión entre Occidente y distintas organizaciones islámicas "para ver cuál podía ser la estrategia para luchar contra el terrorismo".

El ex presidente de la República de Mauricio ha insistido en que la lucha contra el terrorismo internacional no es "de ciertos países, sino internacional", y ha asegurado que lo que no debe parecer es que "es la lucha de Occidente contra el Islám".

Mary Robinson ha coincidido en que las partes a las que afecta este terrorismo se tienen que "escuchar mucho más", además de propiciar, entre ellas, encuentros en los que no sean ni los occidentales ni los musulmanes los que fijen los acuerdos, sino "todos".

Robinson ha reiterado la importancia del concepto de "escuchar" y, en este sentido, se ha referido también a la utilización de un lenguaje adecuado para que nadie se sienta atacado.

Porque la embajadora itinerante de Marruecos Assia Bensalah ha afirmado que la utilización incorrecta del lenguaje árabe está llevando a una percepción de que existe "discriminación" hacia esta cultura y ha puesto como ejemplo el término "yihad", que ha explicado que "es positivo" en el Islám, mientras que en Occidente se utiliza para definir la guerra santa.

El ex primer ministro de Letonia ha reconocido que hay que "entender las diferencias pero también las similitudes" que existen entre regiones y países y, para ello, todos los estados deben conocer cómo es el mundo oriental, porque así, ha asegurado, se podrán llevar a cabo "pasos prácticos" en la lucha contra el terrorismo.

Y, a esto, Uteem ha añadido que en este lucha es importante "abandonar la desconfianza y la incomprensión" entre dos mundos, que ha reconocido, como musulmán, que son diferentes.

Petre Roman ha destacado todas las reflexiones que en estos dos días se han hecho en el encuentro del Club de Madrid en la UIMP de cara a intentar buscar soluciones a la unión de los principios del Estado de Derecho, el imperativo de seguridad y la lucha contra el terrorismo internacional.

El ex primer ministro de Rumanía ha reconocido que, una vez que se han superado los atentados de Nueva York, Madrid o Londres, hay que buscar fórmulas para limitar las "medidas excepcionales" que se aplicaron tras estos sucesos y que, en algunos casos, coartan los principios del Estado de Derecho.

Roman ha abogado por "la inteligencia" como la forma "más adecuada" para luchar contra el terrorismo internacional y se ha "asombrado" de que dos organizaciones como la CIA y el FBI tuvieran que pasar un 11-S para trabajar conjuntamente "por primera vez en la historia de los Estados Unidos".

La lucha contra el terrorismo a través de organizaciones de inteligencia es "más simple" que aplicando medidas excepcionales, que ha insistido en que son "dañiñas" para el Estado de Derecho.

En este sentido, el secretario general del Club de Madrid, Fernando Perpiñá, ha puesto como ejemplo la actuación del Gobierno español tras el 11-M, ya que aplicó medidas excepcionales en base a normas existentes, pero sin tener que recurrir a un estado de excepción, a utilizar al Ejército o a aprobar otras leyes.