Iniciar sesión | Registrarse | ¿Por qué registrarse?
  • Podrás comentar las noticias con el nombre que elijas
  • Podrás subir tus noticias en soitu.es y guardarlas en tu propia página
Los desastres de la guerra

Goma, horror y muerte

  • Hace 15 años, dos millones de hutus huyeron a países limítrofes
  • Muchos cruzaron a través de Goma, en la frontera con la República Democrática del Congo
  • Este hecho se convirtió en una catástrofe humanitaria de dimensiones insospechadas
Por GERVASIO SÁNCHEZ (SOITU.ES)
Actualizado 22-04-2009 09:39 CET

A principios de julio de 1994 los machetes seguían manchados de sangre en Ruanda. Se mataba en nombre de la purificación étnica. Se utilizaba la propaganda y el odio para impedir la reconciliación. Los moderados, aquellos que defendían la convivencia entre hutus y tutsis, eran los primeros eliminados. Récord mundial de muerte y horror en unas semanas.

Gervasio Sánchez

Llegada de nuevos refugiados ruandeses a Goma, en julio de 1994.

La pugna geoestratégica entre Francia y Estados Unidos no ayudó a suavizar la situación. Como había pasado en épocas anteriores, Ruanda era la casilla más sangrienta en un tablero de ajedrez de intereses contrapuestos.

El vacío de poder provocado por el asesinato del presidente Juvenal Habyarimana y por un ejército ruandés que incitó a la venganza contra la minoría tutsi fue aprovechado por el Frente Patriótico Ruandés, una guerrilla formada mayoritariamente por tutsis, para lanzar una ofensiva y llegar hasta la capital, Kigali, desde Uganda en pocas semanas.

Dos millones de hutus, incluidos los que habían participado en el genocidio tutsi, huyeron a diferentes países limítrofes. El grueso de esta masa de desheredados llegó a Zaire (hoy República Democrática del Congo) a través de su frontera de Goma.

La pasividad e indiferencia de los países occidentales, los únicos con posibilidades de crear un puente humanitario, aceleró el desastre. Una epidemia de cólera comenzó a diezmar a la población. 3.000 cadáveres diarios se apilaban en las carreteras, los caminos y los campos de refugiados.

Esta vez sí que viajé con Alfonso Armada. Desde que pisamos el aeropuerto de Goma hasta que lo abandonamos dos semanas después nos fue imposible vivir un minuto de tregua. Ni siquiera podíamos digerir la única comida que hacíamos al día. A la salida del restaurante (el único que había en la ciudad con garantías), los cadáveres de los últimos muertos nos atravesaban el estómago como un aguijón.

Mi primera crónica para Heraldo de Aragón da una idea de la dramática situación:

Gervasio Sánchez

Niñas infectadas de cólera agonizan en el orfanato de Nyundo, en julio de 1994.

Los niños huérfanos llegan en camiones hasta las puertas de orfanato de Nyundo. Hace unos días había 400 pequeños, hoy son cuatro mil. Primero son bajados los enfermos, muchos de ellos a las puertas de la muerte, infectados de cólera, disentería y malaria.

Una mano elige al azar y mete al sorprendido niño en el interior. Es lavado y se les suministra una bolsa de suero que es clavada en la pared con una chincheta. Se derrumba lo más cerca posible de otros niños que no han tenido la suerte de ser elegidos. No importa: el suero se está acabando. El niño seguirá con la aguja hincada a la vena hasta que se muera.

He visto morir a mucha gente, pero nunca con tanta calma como en Goma. Aquellos pequeños no se quejaban. Agonizaban de forma ordenada. Como si no quisieran molestar. ¿A quién enmarcabas en tus fotografías? ¿Estabas violando su intimidad a la hora de morir? ¿Cómo se podía documentar la inmensidad de aquella tragedia sin dañar aún más a los moribundos?

Los muertos y los vivos se hacinaban en los campos en una mezcla compulsiva de horror y desesperación. En algunas zonas compartían el mismo espacio. Los portavoces de la ONU intentaban minimizar el desastre humanitario. Es difícil saber por qué. Las tensiones se multiplicaron en las ruedas de prensa. Los datos suministrados no coincidían con las evidencias en cuanto recorrías varios kilómetros. En apenas cinco kilómetros era fácil contar más de 1.500 cadáveres.

Una joven enfermera llamada Isabel Subirats, natural de San Sebastián, que trabajaba para Médicos sin Fronteras, hablaba un lenguaje diferente al de la ONU: "Si llegas al principio de la epidemia, la puedes controlar. Si no, es el desastre. El cólera no perdona si le das facilidades", comentaba mientras una compañera intentaba encontrar la vena de un niño al borde de la muerte. El delegado de la Cruz Roja Internacional, Conrad Fisler, también fue contundente: "Nunca he visto nada igual, ni siquiera en los peores tiempos de Somalia".

La uruguaya Mercedes Sayagues, portavoz del Programa Mundial de Alimentación, tampoco se cortaba en sus declaraciones y admitía que no existía un plan de emergencia para intervenir en caso de producirse una catástrofe de esta magnitud. "Tenemos que poner el sombrero entre los países ricos para recoger el dinero necesario cada vez que se produce una emergencia", ironizaba.

Gervasio Sánchez

Tras esta niña, centenares de víctimas de la epidemia de cólera, en julio de 1994.

En un mundo donde se manejan estadísticas para todo, sorprende que nadie haya hecho una investigación sobre cuántos muertos se han producido por culpa de las mentiras de algunos funcionarios, por la decisiones erróneas o las indecisiones de los gobiernos más poderosos.

Publicitar los éxitos en política es el pan nuestro de cada día cuando la obligación de un político profesional es conseguir buenos resultados. Esconder los fracasos, que tantas veces provocan ríos de sangre y muerte, forma parte de la insidiosa agenda que domina las relaciones internacionales. Sin sus caretas mediáticas muchos responsables políticos no durarían tres telediarios. En un mundo más justo algunos serían juzgados por posponer decisiones que provocan miles de muertos.

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

DI LO QUE QUIERAS

Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.

de qué va...
Gervasio Sánchez

Coincidiendo con el bicentenario de "Los Desastres de la Guerra" (1810-1815) de Francisco de Goya, el autor reflexiona sobre las guerras y los desastres actuales y sobre las consecuencias que sufren las víctimas, la única verdad incuestionable de una guerra. Gervasio Sánchez, fotógrafo y reportero, ha desarrollado su trabajo en los lugares más conflictivos del mundo. Premio Ortega y Gasset de periodismo en 2008, colabora habitualmente en Heraldo de Aragón.

Nuestra selección

Hasta la vista y gracias

Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.

El suplicio (o no) de viajar en tren en EEUU

Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...

Presidimos la UE: que no falten los regalos para los periodistas

Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.

Soitu.es vuelve a ganar el premio de la ONA

A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.

Internacional
10:08

¿La última baza de Sarkozy? »

Sarkozy se juega mucho con la operación en Libia. No solo a nivel económico. Tampoco a nivel de diplomacia e influencia internacional. Y no solo, desde luego, en el terreno militar. La operación en Libia debe entenderse también como la oportunidad del presidente francés por reflotar en las encuestas.

En: E-campany@

Recomendación: Albert Medrán

08:18

Un discurso para convencer »

Zach Wahls impresiona con un discurso perfecto para convencer

En: E-Campanya

Recomendación: Albert Medrán

21:21

Una variante brutal del catolicismo »

Para la cantante Sinead O'Connor, las disculpas del Papa por los abusos sexuales a menores en Irlanda son huecas.

En: elpais.com

Recomendación: Óscar

09:21

¿Por qué Obama necesita 22 bolis para firmar una ley? »

¿Te imaginas cómo debe ser firmar el contrato de alquiler de tu piso con 22 bolígrafos? No ya el engorro de ir con 22 bolis en el bolsillo –si es que hay bolsillo que lo resista-, sino la dificultad de hacer de tu firma una composición de trazos de tantos bolis. Eso no es algo que el presidente de Estados Unidos tenga que imaginar: lo hace cada vez que firma una Ley. No siempre con el mismo número de bolis o plumas, pero siempre con muchos.

En: E-Campanya

Recomendación: Albert Medrán

Estos son nuestros Selectores »

Lo más visto
1

Cómo sellar el paro por internet

RAMÓN PECO (SOITU.ES)
2

Sexo oral para ella

M. PÉREZ, J. J. BORRÁS Y X. ZUBIETA (SOITU.ES)
4

¿Qué es el sexo?

M. PÉREZ, J.J. BORRÁS y X. ZUBIETA (SOITU.ES)
5

Cómo masturbarse adecuadamente

M. PÉREZ, J. J. BORRÁS Y X. ZUBIETA (SOITU.ES)
Widgets

Widget Liga 0910

Clasificación, calendario, equipos, etc. »

Widget El tiempo

Situación actual y previsión de cinco días »

Widget Estaciones de esquí

Estado de las estaciones de esquí »

Widget Loterías y Sorteos

ONCE, Quiniela, Primitiva, etc. »

[Premio ONA a la excelencia en webs de habla no inglesa] [Premio al mejor diseño en internet y a la innovación]