Garzo pide un mayor compromiso con el hombre en un pregón dedicado a Pasolini

Valladolid.-  Un mayor compromiso con el hombre y los males que le aquejan ha pedido esta tarde a los cristianos el escritor Gustavo Martín Garzo durante el pregón de la Semana Santa de Valladolid, que ha pronunciado en la catedral y dedicado al poeta y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini (1922-1975).

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(EFE)

El escritor Gustavo Martín Garzo (i), Premio Nacional de Literatura, junto al arzobispo de Valladolid,Braulio Rodríguez (c) y el Alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, momentos antes de pronunciar el pregón de la Semana Santa de Valladolid, en un acto al que varias cofradías no han acudido por no estar de acuerdo con la trayectoria del escritor.

Delante del Santísimo Cristo de la Luz, una espectacular talla labrada por Gregorio Fernández en el siglo XVII, Martín Garzo ha apuntado a la "autosuficiencia" como "el mayor de los defectos" que padece el mundo actual y animado a combatir las desigualdades sociales sintiendo como propias "las penas y alegrías del otro".

"El espectáculo de tantos inmigrantes abandonando la pobreza de sus países de origen para dirigirse furtivamente al nuestro debería hacernos reflexionar sobre el tipo de mundo en que queremos vivir", ha señalado el escritor antes de recordar cómo "uno de los mensajes más valiosos del cristianismo" es la idea de que cualquier hombre, hasta el más insignificante, "es portador de algo valioso".

El amor, el desvelo y la búsqueda del bien deben presidir la búsqueda de la santidad que, "si se me permite decirlo así, es lo mínimo exigible para un cristiano", ha añadido el autor vallisoletano delante de una nutrida representación de autoridades civiles y eclesiásticas, miembros de la cofradías y pueblo fiel.

Dentro de esa línea ha inscrito el "afán redentor" como "el lado más conmovedor del cristianismo", el mismo que lleva "a tantos sacerdotes y monjas a acercarse en silencio, con un inmenso afán de ser útiles, a todos los humillados de la tierra: los leprosos, los enfermos de sida, los niños hambrientos, a los que viven en los campos de refugiados y en las cárceles".

"Nadie puede negar a la Iglesia ese inmenso esfuerzo por estar justo allí donde nadie desea permanecer y hacerlo con un mensaje de esperanza", ha reconocido Martín Garzo, quien en este punto ha equiparado los conceptos de santidad y de poesía en el sentido de que ambos surgen para "cuidar, proteger y dar vida".

El Jesús de los Evangelios, que ha centrado toda su intervención en el altar de la catedral de Santa María, "no sólo vino a hablar de la vida que nos aguardaba tras la muerte, sino que vino a hacerlo del mundo en que vivía y que compartía con los demás", ha agregado el autor de "El lenguaje de las fuentes" al insistir sobre la necesidad de abrir los ojos ante la realidad que tenemos delante.

"Ése es su mensaje, que el mundo no es un lugar cerrado sino en continuo proceso de construcción y de cambio, y nos pide que participemos en ese proceso, que nunca estemos conformes ni nos demos por satisfechos", ha señalado el pregonero.

El dolor de Jesús, ha añadido, "surge de su compromiso profundo con el hombre y de su deseo de justicia y de amor", el mismo que en su opinión debe presidir la actitud de cualquier cristiano que, en su caso personal, aprendió de sus padres como "una religión de la vida y de la belleza", sin imposiciones de ningún tipo.

El resultado fue el aprendizaje del "respeto a los demás, del amor a los animales y de permanecer vigilante ante el mal" desde las claves del compromiso, la rebeldía y "la renuncia a sentirnos dueños de la verdad".

Todas esas premisas se pueden apreciar en la obra literaria de Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948), galardonada entre otras distinciones con el Premio Nacional de Narrativa (1994), Premio Nadal (1999), Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (2004) y Castilla y León de las Letras 2007.

Martín Garzo, psicólogo de formación y de profesión hasta que a comienzos de los noventa decidió entregarse de lleno a la literatura, ha enhebrado un pregón pródigo en citas y alusiones de escritores que, como Simone Weill, Emily Dickinson, John Keats y José Jiménez Lozano, constituyen algunos de sus referentes éticos y literarios.