Strauss-Kahn alerta de que la "crisis global" puede exigir esfuerzos en 2010

París.-  La "primera crisis global" de las finanzas y la economía internacionales puede exigir medidas suplementarias en 2010 si la recuperación se demora, según alertó hoy el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.

"Esperamos que la recuperación comience en el primer semestre de 2010. Si eso se retrasa, se deberá estar dispuesto a poner en marcha de nuevo la máquina", declaró en rueda de prensa desde París Strauss-Kahn, quien excluyó que sean buenas únicamente las "medidas nacionales" contra la crisis.

"El riesgo de no hacer nada es mayor que el riesgo de actuar", dijo convencido, al ser preguntado por las soluciones a la crisis que deberán abordarse en la próxima reunión del G-20, el 2 de abril en Londres.

Agregó que del cónclave de la capital británica sobre la crisis financiera y económica mundial no espera "nada muy nuevo", pero sí el "compromiso" de los líderes de esos países para "dar un paso al frente y hacerlo rápidamente".

El director del FMI no espera de esa reunión el diseño de una nueva arquitectura financiera multilateral, como la que salió de los acuerdos de Bretton Woods (EEUU) en 1944 y que plantó las bases de este organismo y del Banco Mundial, así como la supremacía del dólar estadounidense.

Admitió, sin embargo, que el sistema financiero internacional posterior a la actual crisis "será diferente" y añadió: "no queremos crear nuevas instituciones", aunque sí reconoció que se podrán aprobar "cambios".

En un resumen de los retos que tienen por delante los líderes del G-20, Strauss-Kahn afirmó que son varios los fundamentales y que el primero de ellos es "reparar" el sistema financiero internacional, lo que pasa, dijo, por una operación de "limpieza".

Gráficamente, Strauss-Kahn aseguró que vale más un dólar gastado en medidas destinadas a sanear el sistema financiero que muchos empleados en los planes de relanzamiento económico y que doten, por ejemplo, proyectos de construcción de infraestructuras.

También se refirió a la necesidad de que se garantice la sostenibilidad de los esfuerzos presupuestarios emprendidos por los países e insistió en la idea de que quizás sea necesario complementar las medidas ya anunciadas para 2009.

Pero defendió la validez de los planes de relanzamiento económico anunciados, por ejemplo, en la mayoría de los países de la Unión Europea y Estados Unidos como medida para contrarrestar la crisis, sobre todo en los que disponen de margen presupuestario para acometerlas.

Agregó que habrá que tomar decisiones acerca de las consecuencias de la crisis en los países emergentes, con el fin de evitar "que sufran demasiado" y para que se canalicen más recursos financieros hacia ellos.

Mencionó a los Estados de rentas más bajas, "menos involucrados en la crisis financiera" en cuanto a haber participado en sus causas, pero duramente afectados por el impacto del terremoto originado por la quiebra de la confianza ligada al derrumbe en el sistema de endeudamiento privado ocasionado por la deficiente regulación.

Y dijo que esos países deberían de poder acceder a préstamos del FMI en condiciones más favorables.

Preguntado por la posibilidad de que se reconsidere el papel del propio FMI, indicó que quizás se podría considerar un "cambio de filosofía", pero aseguró que no detecta que haya una demanda para que el sistema multilateral vigente sea muy diferente.

Y no se mostró muy partidario de que un nuevo gremio o consejo de participación limitada dentro del sistema de Naciones Unidas se ocupe de organizar las relaciones multilaterales específicas que asumen tanto el FMI como el Banco Mundial, en los que además, recordó, están representados los intereses de todos los Estados.

"Hay que mejorar la efectividad de las instituciones existentes", resaltó.

Strauss-Kahn abordó la cuestión de las plazas financieras con condiciones impositivas ventajosas, los "paraísos fiscales", y pareció arrepentirse de haber empleado hace bien poco la expresión "dinamitar" en relación con la acción a tomar para su desaparición.

Pero sí aseguró que ha llegado el momento de acabar con aquellas plazas financieras -diferenció a Mónaco o Liechtenstein de "ciertas islas"- en las que se utilizan sus ventajas impositivas para actividades criminales, como el blanqueo de dinero.