Nolberto Solano le devuelve la alegría al alicaído fútbol peruano

Lima.-  Tres partidos jugados, cuatro goles y un nivel superlativo han convertido a Nolberto Solano en el hijo predilecto del alicaído fútbol peruano, que lo ensalza con el fervor y la esperanza de mejores tiempos venideros.

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(EFE)

El jugador del Universitario de Perú Nolberto Solano (i) celebra su gol con Jonh Galiquio (d) ante Libertad de Paraguay, Luís Ramírez (d) durante el partido del grupo 8 de la segunda ronda de la Copa Libertadores de América el pasado 11 de febrero.

Y es que el veterano centrocampista está pagando con creces la expectativa, y el esfuerzo económico, que le costó a Universitario de Deportes repatriarlo y dar el golpe en el mercado nacional de pases.

Solano, identificado con el Sporting Cristal, otro de los equipos más representativos del fútbol local, antepuso su interés por volver a residir a Lima cuando recibió la oferta para vestir la camiseta 'crema'.

Muchos dijeron que estaba "roto", que su juego ya no rendía para el alto nivel competitivo e incluso predijeron que viviría del cartel de diez años en la Liga Premier inglesa y un exitoso paso por el Boca Juniors de Diego Armando Maradona, quien le regaló un apelativo que pocos tienen: 'Maestrito'.

Pero 'Ñol', como se le conoce, pidió paciencia y ofreció estar a la altura de la responsabilidad de liderar a una 'U' que hace 8 años no alcanza el título nacional y tampoco tiene destacadas presentaciones internacionales.

Le bastaron tres partidos para confirmar sus palabras: anotó el gol de la derrota de 1-2 que sufrió la 'U' hace una semana contra el Libertad paraguayo y el fin de semana pasado se puso a su equipo sobre los hombros para conquistar los dos goles de la remontada de 2-1 sobre el Alianza Atlético, en el inicio del torneo peruano.

Pero fue el último jueves donde empezaron a cumplirse las predicciones que lo avizoran como futuro ídolo 'crema', en la victoria de 1-0 sobre el linajudo San Lorenzo de Argentina, un equipo que poco pudo hacer frente a su calidad técnica.

Su nivel de juego le ha inyectado, además, una cuota de esperanzas a los aficionados peruanos, más allá del color de las camisetas, que ven en él a un referente de un estilo que hasta hace un par de décadas era común en las canchas nacionales.

Basta con recordar nombres como los de Teófilo Cubillas, Hugo Sotil, Roberto Challe, César Cueto o Julio César Uribe para entender porqué la atención de todos los aficionados se ha volcado al ex jugador del Newcastle inglés.

Se le suma, además, un plus extra que se respeta, y muchas veces escasea, en el entorno futbolístico local: el "profesionalismo", reflejado en una exitosa carrera en el extranjero, mantenerse alejado de los escándalos extradeportivos y comportarse con el cuidado y la seriedad de un atleta.

La alta competición, sin embargo, pasa la factura a sus 34 años, al punto que Solano jugó su primer partido completo contra San Lorenzo y sufrió de una seria deshidratación que ha obligado a que se le ordene un día de descanso.

A pesar de ello, el médico de la 'U', Julio Segura, remarcó que el centrocampista, "se moría de ganas de entrenar hoy".

"Está muy emocionado por la ovación que recibió anoche y muy comprometido con el equipo", añadió al comentar los aplausos y los cánticos que le dedicaron los 60.000 aficionados que acudieron al Estadio Monumental de Lima.

Su actuación del jueves también le ganó los elogios unánime de la prensa peruana y de los aficionados, que en las esquinas, los puestos de periódicos y los autobuses sólo hablaban de su juego.

'Gracias, seÑol', 'Y dale Ñol', 'Ñol iluminó la noche' e 'Iluminado' fueron algunos de los titulares que le dedicó la prensa.

Solano se ganó, además, el elogio de los periodistas argentinos que, a despecho de haber visto caer en Lima a uno de sus mejores equipos, hoy no le negaron el aplauso y reconocimiento.

Mientras tanto, el jugador apuesta a seguir liderando a un equipo que empieza a mostrar el trabajo del joven entrenador nacional Juan Reynoso, y comparte su apuesta de sumar al juego una cuota de velocidad y toque que le permita a los equipos peruanos recuperar el prestigio golpeado por la desorganización y los resultados negativos de los últimos años.