Las empresas de Castilla y León sólo emplean a dieciséis personas con síndrome de Down

Valladolid.-  En Castilla y León viven alrededor de 2.000 personas con síndrome de Down, la mitad de ellas en edad de trabajar, con sólo dieciséis que cuentan con un empleo ordinario en empresas de la Comunidad, el 1,6 por ciento, y 84 que están dispuestas a encontrar un trabajo en la actualidad.

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(EFE)

En Castilla y León viven alrededor de 2.000 personas con síndrome de Down, la mitad de ellas en edad de trabajar, con sólo dieciséis que cuentan con un empleo ordinario en empresas de la Comunidad, el 1,6 por ciento, y 84 que están dispuestas a encontrar un trabajo en la actualidad. En la imagen, Silvia Parada, posa en la sección de panadería de una gran superficie de Valladolid.

Al igual que en el conjunto nacional, la situación actual en la región está condicionada por el incumplimiento de la normativa estatal que obliga a las empresas de más de cincuenta empleados a reservar un dos por ciento de sus plazas para los discapacitados.

En concreto, una de cada cinco sociedades de la región respetan este cupo, similar al conjunto de España, según ha informado hoy a Efe el presidente de la Federación de Síndrome de Down de Castilla y León, Luis Mayoral.

El papel de estos discapacitados en el mundo laboral y en las administraciones públicas ha cobrado actualidad tras la pregunta que una persona de este colectivo le dirigió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en un programa de televisión.

Del total de 1.985 personas que sufren síndrome de Down en la Comunidad, según los datos registrados en enero de 2008 y aportados a Efe por la gerencia de servicios sociales, la Federación calcula que alrededor de mil están en edad de trabajar, de los que el cinco por ciento son población activa, es decir, que ejercen un empleo o lo buscan activamente.

De éstos, sólo dieciséis personas, menos del dos por ciento, están empleadas en empresas ordinarias, la mayoría en establecimientos de pizzería a domicilio.

El objetivo es que en torno al quince por ciento de este colectivo en edad de trabajar pudiera contar con un empleo, lo que en términos absolutos supondría que 150 personas con esta discapacidad tuvieran una ocupación en la próxima década.

En cuanto a los centros especiales de empleo para discapacitados, que cuentan en su plantilla con un mínimo de un 70 por ciento de trabajadores con alguna discapacidad, Mayoral ha asegurado que la tasa de ocupación de personas con síndrome de down en éstos es mínima, alrededor del uno por ciento.

En este caso, "eligen sólo a los más rentables y los afectados por este síndrome no pueden competir", ha añadido, tras valorar que el objetivo es que estas personas puedan acceder al mercado laboral ordinario con el criterio de "defender la normalidad hasta las últimas consecuencias".

La evolución en los últimos años de las personas ocupadas ha sido significativa, puesto que si en 2003 tan sólo una persona con esta discapacidad contaba con un empleo en la Comunidad, en este período se han creado quince contratos más, la mayoría en las provincias de León y Burgos, con siete y seis personas con un trabajo, respectivamente.

El resto se reparte en Segovia, con dos personas, y Valladolid, con una.

El sector servicios es el predominante, y más concretamente los puestos relacionados con la venta al público en establecimientos hosteleros.

El presidente de la Federación no tiene constancia de que en la Junta de Castilla y León trabaje alguna persona con síndrome de Down y ha recalcado la necesidad de poner en marcha un plan especial para personas discapacitadas que atienda a la especificidad de cada caso.

De esta forma, dicho plan, que ha sido una "demanda permanente" durante las dos últimas legislaturas, debería fomentar la formación de habilidades personales y sociales para un comportamiento más correcto de los empleados discapacitados y realizar un trabajo "intenso" de acercamiento a las empresas, para que conozcan los beneficios que pueden aportar estas personas.

"Es necesario que las empresas entiendan y sepan apreciar que los afectados por síndrome de down pueden ser útiles por los valores que aportan, como la simpatía que desprenden, que hace funcionar mejor un clima de trabajo", ha expresado Mayoral, quien apuesta por que se refuerce más el comportamiento que las habilidades.

Se ha mostrado además convencido de la necesidad de un plan diferente al plan general de empleo de la Junta, que aunque establece puntos concretos sobre las personas discapacitadas "no es suficiente".

En España hay 32.000 personas con síndrome de Down con más de 500 con un contrato en una empresa.