Calzoncillos para modernos

Allá donde aparezca Carlos Díez se junta un enjambre de modernos. Jóvenes -y no tanto- con indumentarias arriesgadas, plumíferos plateados hasta el suelo, pelos rapados por los laterales con un abundante flequillo, bolsos y gabardinas ellos, labios rojos y vestidos barrocos ellas. El diseñador tiene poder de convocatoria, y no solo porque sea simpático. Su troupe le saluda y le felicita. La exposición de ropa interior masculina que ha puesto en marcha junto a la marca Jockey recibe elogios.

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Aprovechando que se cumplen 75 años desde que la firma creara el slip, el diseñador bilbaíno y la mítica marca de ropa interior decidieron montar una exposición para repasar la historia de la lencería masculina. Desde los antiguos calzones hasta el día de hoy en el que Carlos Díez ha realizado una intervención sobre modelos de la marca, "utilizando como base sus prendas, trabajando con sus propios tejidos, pero dándoles mi aportación personal" que se trata de incluir elementos de lencería femenina en piezas masculinas: corsetería y aperturas en formas muy estructuradas que marcan la anatomía del hombre y 'desagujados' que dan sensación de tul en modelos más lánguidos.

Y es que mientras la ropa interior masculina se ha basado en la evolución de tejidos y en la comodidad, la femenina ha sido mucho más lúdica, más insinuante. "Tradicionalmente se daba más importancia a la lencería femenina pero ahora marcas como Dolce & Gabanna o Armani sacan una colección de ropa interior masculina por temporada. Ha habido un progreso en las líneas masculinas", explica Díez.

En la exposición, que estará hasta el domingo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, además de los diseños de Carlos Díez se pueden encontrar modelos de Volker Goerhardt, diseñador de la marca Jockey, así como un repaso de la historia de la ropa interior masculina, desde el mítico calzón de pata larga abotonado hasta el momento en que el calzoncillo se acorta. Después vendría el slip, con su apertura frontal en 'Y', totalmente revolucionaria y que sigue vigente a pesar de sus 75 años. A partir de ahí miles de formas y diseños: desde un calzoncillo customizado por Warhol con un signo de dólar en el culo, hasta la colección privada de Carlos Díez, con tanga hindú incluido. Además alguna anécdota curiosa, como que a principios de siglo ser modelo de ropa interior era del todo deshonroso. Por eso los protagonistas de las campañas aparecían con la cara tapada ya que no podían ser reconocidos por la calle. ¿Alguien imagina a Beckham -protagonista de varias campañas de ropa interior- con antifaz en un anuncio de calzoncillos? Puede, pero no precisamente por censura.

Mientras los futbolistas enseñan cacha en anuncios de calzoncillos, los 'hipsters' que rodean a Carlos Díez prefieren alabar los calzones largos llenos de corchetes (quiero uno de esos, le dice un actor), o las camisas hasta los pies de tejido descosido, como si fuera un tul tosco ("prefiero insinuar a enseñar", dice Díez). En cualquier caso los modelos del diseñador merecen la pena. Incluso para los que prefieren la comodidad del calzoncillo clásico y pasan de moderneces.