Las bolsas europeas cierran en negativo lastradas por los títulos bancarios

Fráncfort (Alemania).-  Las bolsas europeas cedieron hoy las ganancias acumuladas los tres últimos días, lastradas por los títulos bancarios, los temores a balances empresariales negativos y la caída de los precios del crudo y los metales.

El índice selectivo de la Bolsa de Fráncfort, el DAX 30, perdió un 5,25 por ciento, hasta los 4.761,58 puntos; mientras que el Ibex-35 de Madrid retrocedió un 4,11% y se situó al cierre de la jornada en 8.911,90 puntos.

En esa misma línea, el S&P/Mib de Milán cayó un 6,20 por ciento, el FTSE de Londres un 3,57 por ciento, el CAC-40 de París el 4,83 por ciento y el 3,45 por ciento, el PSI-20 lisboeta un 1,30 por ciento y el OMX de Copenhague el 4,75 por ciento.

"Los mercados han extendido su preocupación sobre el sistema financiero a conjunto de la economía, con claros síntomas de recesión", declaró el analista jefe de SG Ambros, Andrew Popper.

La mayoría de las empresas que han presentado resultados las últimas semanas han sufrido los efectos de la crisis y rebajado a la baja sus pronósticos, especialmente bancos y aseguradoras.

Así, en la práctica totalidad de los parqués europeos, los valores más castigados hoy fueron los bancarios, con pérdidas del 7,07 por ciento en el caso del Santander, del 8,95 por ciento en el del BBVA, y del 6,96 en el de Deutsche Bank.

Más sangrante fue el caso del banco italiano Intesa-SanPaolo, que se depreció en Milán casi un 17 por ciento, tras informar de que en los primeros nueve meses del año obtuvo un beneficio neto de 3.778 millones de euros, es decir un 56 por ciento menos que en el mismo periodo de 2007.

Pensando en el futuro, el presidente de Deutsche Bank, Josef Ackermann, envió una carta al presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush, en la que exhorta a los gobiernos a dejar manos libres a los bancos una vez estabilizado el sistema financiero.

"Es necesario formular y aplicar estrategias de salida bien definidas", pues un papel permanente del sector público en las compañías financieras supondrá "extender ineficiencias" amenazando con ello el empleo y el crecimiento, sostiene Ackermann con miras a la reunión que celebrará esta semana en Washington el G-20.

Los gobiernos, desde el Reino Unido hasta Estados Unidos pasando por España e Islandia, han comprometido más tres trillones de dólares en acciones de amortiguación de una crisis financiera que muchos observadores comparan con la Gran Depresión.

La tendencia bajista de las bolsas europeas comenzó ya en la apertura, contagiadas por la debilidad de los mercados asiáticos y de Wall Stret, y los anuncios poco halagüeños de algunos pesos pesados estadounidenses.

General Motors, el mayor grupo automovilístico del país, comunicó a las autoridades su intención de reducir su plantilla en 5.500 personas, después de reconocer que podría quedarse sin liquidez suficiente para continuar sus operaciones en los próximos meses.

La constructora de viviendas de lujo Toll Brother, la mayor de su ramo en el país, anunció que en su último ejercicio fiscal facturó un 32% menos que el año anterior, mientras que Starbucks, la cadena de cafeterías más implantada en EEUU, reconoció una caída anual del 97% de su beneficio en su último trimestre fiscal.

"La presión viene fundamentalmente de Estados Unidos", comentó un operador de Fráncfort en referencia a este periodo de presentación de resultados y el cierre inminente de ejercicio -el próximo día 30- de muchos bancos de inversión.

Los operadores consideran que la inseguridad sobre una extensión de las líneas de crédito sigue siendo alta y las previsiones de beneficio trimestrales, en contrapartida, bajas.

En ese ambiente, de nada sirvieron datos como el divulgado hoy en Alemania acerca de la confianza a medio plazo del inversor, que subió en noviembre, por las bajadas de los tipos de interés en todo el mundo y el paquete de rescate para los bancos de casi 500.000 millones de euros aprobado por el Gobierno germano.

Según el Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW) el citado índice subió en noviembre 9,5 puntos, hasta menos 53,5 puntos, frente a los menos 63 puntos de octubre.

La debilidad de los mercados de valores perjudicó la moneda única europea, que se cambió al cierre en Fráncfort a 1,2545 dólares, frente a los 1,2837 dólares de ayer.