Radicales y líderes extranjeros rinden homenaje a Raúl Alfonsín

Buenos Aires.-  Miles de radicales y un grupo de líderes políticos de España, EE.UU., Chile, Brasil y Uruguay rindieron un emotivo homenaje al ex presidente argentino Raúl Alfonsín, a quien consideraron el "padre de la nueva democracia" en este país, de cuyo retorno se cumplen hoy 25 años.

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(EFE)

Miles de personas escuchan un mensaje del ex presidente argentino Raúl Alfonsín, proyectado en una pantalla gigante, con motivo de la conmemoración del 25 aniversario de la recuperación de la democracia tras la dictadura militar.

Debido a la grave enfermedad pulmonar que lo aqueja, el ex mandatario fue el gran ausente en el multitudinario acto, aunque su veterana figura apareció en un video que fue proyectado en una pantalla gigante instalada en el estadio Luna Park de Buenos Aires, el mismo en el que en 1982 lanzó su candidatura presidencial.

"Hay importantes motivos para celebrar estos 25 años de la democracia argentina", subrayó quien gobernara el país entre 1983 y 1989.

Alfonsín, de 81 años y que hace meses está apartado de la vida púbica, sostuvo que la "democracia no es simplemente el ejercicio de la libertad sino también la búsqueda de la igualdad", y llamó a los argentinos a no quedarse en la "añoranza del pasado".

"Es imprescindible que nos demos cuenta de que tenemos que trabajar juntos, que es necesario el diálogo. No es simplemente diálogo entre Gobierno y oposición, sino también dentro de la oposición", sostuvo.

"Tenemos que trabajar para mejorar la sociedad argentina. Se trata no solamente de un problema de los políticos y del Gobierno, es un problema de la sociedad toda", añadió satisfecho porque a su juicio: "no tendremos más dictaduras", como la que precedió a su mandato y asoló al país durante siete años (1976-1983).

El mensaje grabado de Alfonsín fue seguido con lágrimas en los ojos por sus "correligionarios", uno de los cuales convocó a quienes presenciaron el acto a marchar hacia la casa del ex presidente, distante unas quince cuadras.

"Aunque no estuvo presente en este estadio, sí ha estado hoy aquí con nosotros. Seamos nosotros quienes vayamos a verle", pidió Juan Francisco Nosiglia, titular de la Juventud Radical, al organizar la improvisada marcha.

Nosiglia y el titular de la Unión Cívica Radical (UCR), Gerardo Morales, fueron los dos principales oradores del acto, en el que también se leyó una carta de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y se vieron mensajes grabados de referentes políticos de distintos países.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y los ex mandatarios Felipe González (España), José Sarney (Brasil), Ricardo Lagos (Chile), Jimmy Carter (EE.UU.) y Julio María Sanguinetti (Uruguay) coincidieron en señalar que Alfonsín es "sinónimo de democracia y honestidad política".

"En su persona se representan los valores más considerados en un gobernante: liderazgo, conocimiento del mundo, dignidad y decencia. Si todos nuestros presidentes tuvieran esos atributos, la vida de la gente sería mucha mejor", destacó Bachelet.

Su compatriota Ricardo Lagos, que subrayó que Alfonsín ha sido "la voz" a la que se ha recurrido en Argentina "en los momentos más difíciles", incluso recordó una anécdota que lo vinculó con el ex presidente argentino.

"Estando yo preso, una noche de 1986 un compañero de celda me acercó una pequeña radio a pila y me dijo '¡Mira: el presidente Alfonsín está pidiendo por tu libertad!'", rememoró.

Todos los mensajes fueron coronados con aplausos por las cerca de 7.000 personas que abarrotaron el Luna Park, que se tiñó de rojo y blanco, los colores distintivos de la UCR, en cuya representación Raúl Alfonsín se impuso en los comicios del 30 de octubre de 1983 con casi el 52 por ciento de los votos.

Seis años más tarde abandonó anticipadamente el poder, agobiado por una hiperinflación galopante y una creciente agitación social.

Durante su Gobierno, que abrió el camino de la democracia, impulsó el histórico Juicio a las Juntas Militares que habían ensangrentado al país, aunque luego terminó cediendo a las presiones castrenses aprobando las denominadas "leyes del perdón".