Nadal y Feliciano convocan un abanico de rostros famosos en su pase a cuartos

Madrid.-  El cambio del partido de octavos de final de Rafael Nadal en el Masters Series de Madrid a una hora más temprana de lo habitual, por la tarde en lugar de las 20.00 horas, permitió que las gradas del Madrid Arena se llenaran de caras conocidas, entre ellas la de la Infanta Elena, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y los jugadores del Real Madrid Raúl González y Sergio Ramos.

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(EFE)

Los futbolistas, Raúl Gonzalez (i) del Real Madrid, y Esteban Granero (d), del Getafe, conversan durante un partido de tenis.

El previsible lleno en el partido de Nadal, quien se impuso al francés Richard Gasquet (6-4 y 6-2) comenzó a notarse desde las primeras horas de una sesión de tarde hispanoamericana en la pista central, en la que muchos hicieron tiempo para ver al número uno presenciando el duelo entre los argentinos Juan Martín Del Potro y David Nalbandián (6-4 y 6-2) y la victoria de Feliciano López ante el suizo Stanislav Wawrinka, por un doble 6-4.

La Infanta Elena, el primer miembro de la familia real que visita el Madrid Arena en esta edición del Masters Series, presenció los partidos de los dos españoles, mientras que la gimnasta rumana Nadia Elena Comaneci, seis veces campeona olímpica y la primera atleta del mundo que logró una puntuación de diez en unos Juegos Olímpicos, en los de Montreal (1976), acompañó en la tribuna al veterano tenista Manolo Santana.

El capitán del Real Madrid, Raúl González, estuvo presente en el entrenamiento de Nadal y comió con él antes de ver el partido de Feliciano para luego acudir a la sesión de su equipo en Valdebebas a las 18:00. Su compañero Sergio Ramos, un habitual de la cita madrileña, tampoco quiso perderse el primer encuentro, pese a haber llegado a Madrid en un vuelo de madrugada con la selección tras enfrentarse contra Bélgica en Bruselas.

Feliciano López no quiso perderse el partido de su compañero de la "armada española", al igual que el tío del manacorense, el ex jugador del Barcelona Miguel Ángel Nadal, y el ex seleccionador de baloncesto Pepu Hernández.

Minutos antes de comenzar, el partido más esperado de la jornada, cuatro chicas vestidas con camisetas rojas con la frase "Masters Madrid" impresa en amarillo agitaban una bandera de España cuyas grandes letras revelaban que habían viajado a Madrid desde la localidad alicantina de Onil.

Siguiendo el movimiento de las cámaras, otro grupo levantaba su bandera desde el otro extremo del campo, mientras gran parte del público se afanaba en colocar las suyas, algunas de ellas de la Comunidad balear.

El triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa ha avivado el orgullo que muchos aficionados sienten al llevar los colores de su bandera, y en la tribuna podían verse muchos rostros pintados de rojo y amarillo.

El grito era uno, pero de todos. En las gradas se multiplicaban los "¡Vamos Rafa!" como si de un eco se tratase, a tal escala que el juez de silla tuvo que pedir silencio en varias ocasiones, y quienes pretendían alentar al mallorquín llegaron a desconcentrarle, haciéndole interrumpir su saque en dos ocasiones en el primer set.