Cómo distraer la atención para que no veamos la fea realidad de Milán

Ayer terminó la Semana de la Moda de Milán, una pasarela más que podría pasar sin pena ni gloria (para que veáis, que todas en general nos parecen un poco fiasco; ¿estaremos hartos de tanto show vacío?) si no fuera porque han decidido incorporar un elemento muy interesante para llamar la atención en sus desfiles. ¿Qué tal un poco de circo para que alguien deposite su atención por un segundo en ellos, aunque sea para reírse? Así, matan dos pájaros de un tiro: consiguen atención y también que el personal no se dé cuetna de lo feas que son sus colecciones.

Esto es lo que se le debe haber pasado a la gran (y ahora atravesando una terrible crisis de creatividad y glamour, por lo que se ve) Miuccia Prada, que no contenta con vestir el verano pasado a los hombres con pijamas, éste ha decidido pasarse directamente al sinsentido. Ella misma ha debido ser consciente de sus limitaciones para este desfile, por eso probablemente decidió montar un poco de espectáculo para desviar la atención sobre la floja colección. Tal y como podemos ver en este vídeo, las modelos desfilan todas titubeantes, como si se fueran a caer en cualquier momento. Hacia el final, dos directamente se caen redondas al suelo y terminan desfilando con los zapatos en la mano. ¡Excelente estrategia! Tiras a las modelos por los suelos y así no sólo hablarán de ti, sino que obviarán tu ropa.

O a Miuccia se le ha ocurrido esta genial idea, o bien los desfiles de una de las pasarelas más importantes del mundo son mucho más chapuceros de lo que pensábamos. Y es que, en un lugar donde se supone que todo está preparado y ensayado al milímetro, resulta inconcebible un fallo tan escandaloso y de primerizo. Prada es una casa con solera, ésta es su enésima pasarela, y parece muy poco profesional que tras seis meses de elaboración, con un cásting de modelos de lujo, tras haber contratado a un gran escenógrafo y con lo más granado de la prensa internacional sentado en las gradas… se les caen las modelos. Viendo el vídeo, da la impresión de que el suelo estaba muy resbaladizo (gran fallo, ¿no lo previeron antes de empezar?), pero además la locutora termina diciendo que los tacones son muy altos (otro fallo: ¿no habían ensayado antes con ellos? Si ninguna podía andar, podían haber intentado ponerles otra cosa) y que todo se termina de agravar con unos pequeños calcetines que hacían que se les salieran los zapatos (lo de antes, ¿no podían prescindir de ellos?).

Al menos, esta debacle de modelos haciendo patinaje artístico en Milán ha impedido a muchos presten atención a la irregular colección, por no decir fea, de Prada. Cero glamour gracias a los trajes de chaqueta con la tela arrugada (al ser tejidos brillantes, la arruga no es nada bella) y combinados con sostenes (¿?), adiós a las formas femeninas, horribles faldas pantalón asimétricas y, en general, un aire de dejadez y poca elaboración en todo bastante desolador.

Una de las invitadas más ilustres a Milán ha sido la española Ágatha Ruiz de la Prada, enviada allí a agatizar el mundo con sus corazones y sus colorines felices. Poco hay que decir que no se haya dicho sobre el trabajo de esta mujer, pero al menos en su desfile milanés contó con una presencia que le proporcionará mucha mejor publicidad que sus espantosos diseños-saco. Y es que el último personaje de Sacha Baron Cohen, Bruno, se coló en pleno show vestido de mamarracha. No podía haber elegido mejor la firma en la que irrumpir, su conjunto encajaba a la perfección con la estética agathil. Si yo fuera la diseñadora, estaría encantada con la repercusión internacional que puede tener este pequeño circo. Lo llamativo, además del invitado sorpresa, es que este hombre se haya podido colar en el backstage con todo el morro para aparecer desfilando como si nada; ¿tan poco cuidado y tan poca seguridad hay en estos eventos que pueden pasar cosas como éstas?

Pero no todo han sido disparates en esta Semana de la Moda. Armani, al contrario de lo que acabamos de ver, presentóuna preciosa colección que tenía como hilo conductor el color plata. Muchos looks recordaban a los primeros trajes de chaqueta de inspiración masculina que el creador hacía para la mujer, con los pantalones de talle alto y perneras rectas. Los trajes de fiesta, en tonos muy claros, simplemente deliciosos. Gianfranco Ferré, con sus dos nuevos directores artísticos a la cabeza, Tommaso Aquiliano y Roberto Rimondi, también estuvo brillante en todos los sentidos. Su desfile también estaba plagado de plata y tonos metalizados, con curiosas formas que recordaban a los robots e incluso a los trajes espaciales. Mucho volumen en las mangas y muchas siluetas rectas que, combinadas con el gris metal, daba una remota impresión de armadura. Muy sobrio y chic.

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.