La ONU denuncia la brecha entre las declaraciones y la realidad en el progreso de la mujer

Naciones Unidas.-  La pasividad de gobiernos y organismos multilaterales ha abierto una profunda brecha entre las promesas de igualdad de la comunidad internacional y la precaria situación en que vive la mayoría de las mujeres, denunció hoy el Fondo de la ONU para el Desarrollo de la Mujer (Unifem).

El organismo, dirigido por la española Inés Alberdi, exigió en un informe presentado hoy en la sede de Naciones Unidas que se adopten mecanismos para hacer cumplir los compromisos con la mujer adquiridos en los últimos años por la comunidad internacional.

El estudio subraya que todavía una de cada diez mujeres fallece por complicaciones en el embarazo o el parto, que la mujer gana una media de un 17 por ciento menos que el hombre por el mismo trabajo o que hay tres mujeres por cada dos hombres infectados por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en el África subsahariana.

Asegura que "la persistencia de una discriminación a esta escala tras décadas de adoptar compromisos internacionales y nacionales" es una prueba de que no se ha pedido una rendición de cuentas a aquellos que los suscribieron.

"Los gobiernos y los organismos multilaterales, como la ONU, han tomado posturas en reconocimiento de los derechos y las necesidades de la mujer, pero la realidad no está de acuerdo con esas promesas y esos avances digamos políticos", dijo Alberdi en una entrevista con EFE.

La directora de Unifem señaló que el informe "quiere ser una llamada de atención" y "se pregunta quién va a responder a estas promesas que han levantado tanta expectativa sobre la igualdad de género".

El documento recuerda que la mujer sigue siendo la principal afectada por la falta de servicios, es la víctima más fácil de la corrupción y sufre particularmente la carestía de los alimentos porque suele ser las responsables de alimentar a sus familias.

En ese sentido, señala que las 40.000 millones de horas que las mujeres del África subsahariana invierten en buscar agua debido a la falta de infraestructura en la región equivalen al horario anual de trabajo de toda la fuerza laboral de Francia.

Afirma que el futuro de los derechos de la mujer pasa por pedir a administraciones, líderes y organismos que rindan cuenta de sus compromisos, y para ello aboga por aumentar la participación de la mujer en la vida política, en la que actualmente se encuentra superada cuatro a uno por el hombre.

El documento considera que "la participación directa de la mujer en los procesos de adopción de decisiones ha sido desde hace mucho tiempo visto no solamente como un asunto de justicia democrático, sino también como una manera de asegurarse de que los gobiernos responden a las necesidades de la mujer".

Alberdi dijo que las mujeres están "más que nunca presentes en la vida política internacional, nacional y regional, pero todavía hay una distancia muy grande".

Por ello, tal como señala el informe, Alberdi defendió la adopción de sistemas de cuotas de participación política como el mecanismo "más efectivo" de asegurar el progreso de la mujer en la vida pública.

La responsable de Unifem puso de ejemplo a Noruega, España o países en desarrollo como Ruanda, en los que el aumento de la presencia de mujeres en la política "ha impulsado" el cumplimiento de los compromisos por la igualdad de género.

El mismo informe advierte que 18 de los 22 países que cuentan con una presencia parlamentaria femenina superior al 30 por ciento tienen algún tipo de sistemas de cuotas.

Sin las cuotas, al ritmo actual no se logrará hasta 2045 la paridad de los sexos en los órganos legislativos de los países en desarrollo, según el informe.

Esa falta de representación política, para Alberdi, contribuye a que la reducción de la mortalidad materna sea uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que más lejos se está de alcanzar para 2015.

Alberdi también observó que los organismos multilaterales deben aumentar su interés en asegurarse que los compromisos se cumplen y que existen los mecanismos para comprobarlo.

Puso de ejemplo la resolución 1.325 del Consejo de Seguridad que aborda el impacto de la guerra en la mujer y su papel en la construcción a la resolución de conflictos.

Señaló que ese documento no incluye actuaciones para vigilar el cumplimiento de sus disposiciones, como sí lo hace la resolución 1.612 sobre la infancia y los conflictos.