Tómbola de trofeos, con salida a hombros de Castella y una oreja a Manzanares

Juan Miguel Núñez Salamanca.-  Juan Miguel Núñez

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(EFE)

El diestro Sebastián Castella sale a hombros por la puerta de la plaza tras finalizar la tercera corrida de abono de la Feria de Salamanca en la que ha compartido cartel con José María Manzanares y Pedro Gutiérrez "El Capea".

Salamanca, 13 sep (EFE).- Dos orejas y salida a hombros de Sebastián Castella, y una oreja para José María Manzanares, hoy en Salamanca, pueden dar la sensación de una tarde triunfal, cuando en realidad el contenido artístico del festejo ha sido más bien escaso.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Domingo Hernández, el sexto como sobrero. Corrida pareja y aceptablemente presentada, sin embargo, de poco contenido a excepción del cuarto, que fue un buen toro pero sin pasar apenas por el caballo. También el quinto tuvo buen fondo aunque poco motor.

Sebastián Castella: pinchazo y media atravesada "en el número" (pitos); y estocada (dos orejas).

José María Manzanares: pinchazo y estocada ligeramente desprendida (una oreja); y metisaca, media que termina tragándose y descabello (ovación tras un aviso).

Pedro Gutiérrez "El Capea": estocada (ovación); y tres pinchazos y estocada (palmas en la despedida).

En cuadrillas, saludaron montera en mano Juan José Trujillo en el segundo, Curro Molina en el cuarto y Curro Javier en el quinto, todos ellos después de clavar con riesgo y torería.

La plaza tuvo más de tres cuartos de entrada en tarde despejada y fría en la segunda parte.

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EMPIEZAN LAS REBAJAS

Sorprende que en la tierra del toro, Salamanca, las exigencias del tendido para calibrar el espectáculo taurino sean mínimas, por no decir inexistentes. Total condescendencia con el toro en lo que a presentación se refiere. Vale el monopuyazo como prácticamente en todas las plazas "de segunda". Se aplaude cualquier intervención sin entrar en valoraciones. Y se premia para qué decir.

Así Castella se llevó por delante una salida a hombros que ni él mismo se lo cree. Manzanares cortó una oreja por una faena en el límite y a punto estuvo de llevarse otra si llega a matar en condiciones al siguiente toro, que fue en el que realmente estuvo bien. "El Capea" bailó con la más fea por el lote que sorteó y por la circunstancia en contra de la espada.

Castella, que entró a última hora en sustitución del lesionado Ponce, tuvo un primer toro que no cumplió los mínimos exigibles, por descastado, de tardas y medias arrancadas. Una porfía insustancial, y breve, menos mal, para no cansar al personal.

El cuarto fue el toro de la corrida, aunque caben dudas por no haberlo visto en el caballo. Toro noble y de buena condición, muy humillado y repetidor. Castella, que toreó bien con el capote, no hizo nada del otro mundo con la muleta.

Desde los dos primeros pases cambiados por la espalda, se tomó el torero muchas ventajas. Hizo los primeros cites de serie de largo, aunque no fue capaz de aguantar después los siguientes, perdiendo pasos innecesarios para quedar siempre descolocado. Incapaz de torearlo por una y otra mano en lo fundamental buscó un parón que tampoco le salió. Lo único bueno, la estocada, sin embargo, a todas luces insuficiente para las dos orejas.

Manzanares exprimió a su primero, que tampoco tuvo mucho zumo, embistiendo a tirones al principio de faena, y templándose a medida que el alicantino le corrió la mano con suavidad. Un inoportuno desarme cuando mejor estaba la faena, y desinflándose el toro en ese instante. Hubo oreja a pesar del pinchazo previo a la estocada.

En el quinto instrumentó Manzanares los mejores muletazos de la tarde, aunque fueron aislados. Cadencia y compás, pero sin unidad. Series enjundiosas, jugando la mano, pero demasiado cortas en el número. A veces también faltó limpieza. Pero si mata bien, le hubiera cortado una oreja a tenor del criterio

La primera faena del "Capea" dio de si lo que el toro, que no fue mucho. Buscó el hombre con ahínco el triunfo en la distancia corta, pero no hubo respuesta adecuada por parte del astado, que se acabó enseguida.