El Premio de la Concordia reconoce a Betancourt como firme defensora de los derechos humanos

Oviedo (España).-  La fortaleza demostrada por Ingrid Betancourt durante sus más de seis años de cautiverio a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su firme defensa de los derechos humanos le valieron hoy el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

El jurado destacó tanto la "fortaleza" como la "dignidad" y valentía" con las que la ex candidata presidencial, de 46 años, afrontó seis años "de injusto cautiverio", que concluyó el pasado julio tras una importante operación del Ejército colombiano.

El galardón distinguió además a Betancourt porque "personifica a todos aquellos que en el mundo están privados de libertad por la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la violencia terrorista, la corrupción y el narcotráfico".

Con este premio a la ex candidata presidencial, el jurado ha querido solidarizarse con "todas aquellas personas que padecen las mismas dramáticas e inadmisibles condiciones que ella ha sufrido",

El fallo también resalta la labor de aquellos gobiernos que, como el de la República de Colombia, "trabajan por la consolidación del sistema democrático y las libertades cívicas".

Betancourt se impuso en las votaciones finales del jurado a las candidaturas del prestigioso Colegio de Europa, con sede en Brujas (Bélgica), y del jesuita español Enrique Figaredo, que trabaja en Camboya desde 1991 y ha hecho de su vida una cruzada contra las minas antipersonas.

Durante su trayectoria pública, Betancourt dirigió sus esfuerzos a impulsar la democracia y la justicia social, así como a la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y la violencia.

Miembro de una familia de tradición política, su carrera comenzó en 1994 cuando se presentó a las elecciones legislativas como candidata del gobernante Partido Liberal.

Fue elegida representante a la Cámara por Bogotá y durante su etapa parlamentaria, y pese a pertenecer al Partido Liberal, entonces gobernante, Betancourt emprendió varias acciones de denuncia de la corrupción y se distinguió por su férrea oposición al presidente Ernesto Samper.

En 1998, Betancourt fundó su propio partido, Oxígeno Verde, de corte ecológico, con el que logró su escaño como senadora, cargo del que dimitió para presentarse a las elecciones.

Fue el 23 de febrero de 2002, en plena campaña electoral, cuando la ex candidata presidencial fue secuestrada por las FARC junto a su directora de campaña, Clara Rojas.

La candidatura de Ingrid Betancourt al premio de la Concordia fue avalada por el ex presidente colombiano Belisario Betancur, la ex presidenta irlandesa Mary Robinson y el cineasta Woody Allen.

Además recibió el apoyo de Vaclav Havel, Jaques Delors, Simone Veil, Mario Soares, Javier Pérez de Cuéllar y Nicolás Castellanos, todos ellos galardonados con el Premio Príncipe de Asturias.

El Premio de la Concordia, de gran prestigio internacional, está dotado con 50.000 euros (unos 70.000 dólares).

El galardón es concedido a personas o instituciones cuya labor haya contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o la defensa de la libertad.

También a quienes hayan abierto nuevos horizontes al conocimiento o se hayan destacado en la conservación y protección del patrimonio de la humanidad.

En esta edición se presentaron 51 candidaturas procedentes de 21 países, entre las que figuraban el Movimiento Internacional de la Lucha contra la Pena de Muerte, el Museo Memorial de Gandhi y el juez de la Corte Internacional de Justicia Thomas Buergenthal.

En la edición de 2007, el Premio de la Concordia recayó en el Museo de la Historia del Holocausto de Jerusalén (Yad Vashem).