Evoca la generosidad de las gallegas que ayudaron a huir a los judíos del nazismo

Ourense.-  Su "absoluta generosidad" es lo que evoca Julio Touza cuando recuerda a su abuela Lola y a sus tías Xulia y Amparo Touza Domínguez, las tres hermanas de Ribadavia que serán homenajeadas por la Red Sefardí de España el 7 de septiembre por ayudar a judíos, a huir de los nazis a Portugal, durante la II Guerra Mundial.

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(EFE)

Antiguo casino de Ribadavia (i), que era también la vivienda de las hermans Xulia, Amparo y Lola Touza Domínguez, las tres hermanas de Ribadavia que serán homenajeadas en septiembre por la Red Sefardí de España por ayudar a judíos a huir de los nazis a Portugal durante la segunda guerra mundial.

Touza vivió con las tres mujeres hasta 1967 y repasó, en una entrevista con Efe, algunos recuerdos de su infancia y detalles de lo que ha investigado sobre la labor de sus tías-abuelas, como los escondites que utilizaban bajo el suelo de la cantina que regentaban.

Nacido en Ribadavia en 1951, Touza convivió con su abuela Lola y sus tías-abuelas Xulia y Amparo hasta que cumplió 16 años, por lo que sus recuerdos, detalla, se unen a los datos que ha recopilado entre sus conocidos.

La red de salvación de judíos hacia Portugal, dijo, "debió funcionar entre los años 1943 y 1946, los años más duros de la Segunda Guerra Mundial y en la que la Alemania nazi de Hitler decidió exterminar a los hebreos de Europa".

Desde Portugal, la huida seguiría hacia América o a puertos de Marruecos y Argelia, aunque muchos hebreos quedaron allí.

Aunque nunca hablaron directamente a su nieto de "lo que hacía" para ayudar a los judíos, él recuerda retazos de las conversaciones que mantenían entre ellas, "siempre en gallego" y que entonces no alcanzaba a entender sobre su altruista actividad.

Claro que todo esto ocurrió mucho después, "tras el cierre del casino en los años 50", en el dormitorio donde vivían, una sala de cien metros cuadrados y en la que habitualmente hacían, "en voz alta un repaso del día, contaban anécdotas y recordaban hechos pasados".

Una noche, cuando Julio tenía 7 años, las hermanas empezaron a hablar y se refirieron a "Patiño" y "después de decir que les vino a hablar de un grupo de judíos, se callaron", pero "a mí me impactó y se me quedó grabada", agregó.

Antón Patiño Regueiro fue un librero y escritor de Monforte de Lemos, quien posteriormente reunió en el libro "Memoria de ferro" -publicado en 2005, poco antes de su muerte- relatos sobre la represión franquista en el que figuran cuatro páginas dedicadas a las hermanas de Ribadavia y a otros tres miembros de su red clandestina.

Touza, que vivió con las mujeres hasta que murió su abuela Lola en junio de 1966, investigó por su cuenta y contactó en los años 70 con personas que conocieron a Patiño en Santiago de Compostela y que aportaron los datos "suficientes para descubrir la absoluta generosidad de mis tías abuelas", subrayó.

En ese sentido, dijo que durante la Guerra Civil de España, las tres fueron apresadas en varias ocasiones por dar comida y bebida a los presos que ocupaban la cárcel situada en el actual Ayuntamiento de Ribadavia enfrente "de donde ellas vivían y tenían el casino", agregó.

También recordó al amigo de las hermanas Ricardo Pérez Parada, tonelero y traductor de la red clandestina en la que también estaba su pariente Xosé Rocha Freijedo y con el también taxista Javier Míguez "el calavera".

Los descendientes de todos ellos, el propio Julio Touza, sus hermanos Guillermo e Inés y el presidente de la ONG Asamblea Universal Sefardí Isaac Siboni, participarán el 7 de septiembre en el homenaje que se brindará a las tres mujeres y en el que se prevé colocar una placa en su casa.