Quinto día: tiempo de cortos

Quinto día del Festival Internacional de Cortos de Benicasim. Nubladito. En la lejana infancia se proponía como prueba de que una sola divinidad puede entrar en todos nosotros al sol, que penetra por todas las ventanas. Dios se pone.

Fotograma de 'Niños que nunca existieron'.

'Niños que nunca existieron', de David Valero

Dos hermanos reciben a las visitas.

Niños armados disparan a la guerra y se dan a ellos mismos. Cortometraje a tiros (los 'cortos' cada vez son más largos) sobre una experiencia casi onírica –la cueva/pasadizo, las cañas, los momentos finales- filmada con verismo.

'Friends forever' de Marçal Forés

La muerte de un amigo genera dos fantasmas.

El muerto, Chris, debió de ser una buena pieza. El vivo, George, siente que ya no encaja en el 'puzzle' del mundo. Entre flores de aromas perniciosos, designación a dedo propio.

'Test', de Natalia Mateo y Marta Aledo

Cuatro mujeres corren la prueba de la maternidad.

Te pones en la línea de salida, un disparo de materia genética y, si hace blanco, el llanto de lo que ha de venir te acompaña en el podio. Ganas, aunque no quieras.

'Lonely together', de Trond Fausa Aurvag

Ella se ha ido. En la vida de él falta una pieza.

Hay en el corazón una película en la que no está uno, sino lo que uno quiere y sin lo cual no se siente completo. Para quien el amor es sólo eso y, salvo eso, nada tiene que ver con uno mismo.

'With a little patience', de Lászlo Nemes Jeles

El trabajo libera definitivamente.

El delicado obsequio en el comienzo de la tediosa jornada laboral que te ilumina el día y hace llevaderas las horas que faltan para que sea tuyo más allá de las reclamaciones. Oficinista, instrumento y donantes, a la espera.