Que no, que no... Que no se fuma

MEXICO DF.-  Los defeños han encontrado una nueva actividad. Apenas caída la noche, los teléfonos celulares empiezan a sonar con una sola pregunta: "¿Ya encontraste una terraza donde fumar?".

Orcoo (Flickr)

Tras la aprobación de la Ley Antitabaco —primero en la Ciudad y luego a nivel federal—, los objetivos de cada noche son: Uno, encontrar el restaurante-bar-o lo que sea con una terraza en la que se sí esté permitido fumar. Dos, saber si algún amigo ya está 'haciendo fila' para evitar la espera que se ha vuelto infinita. Tres, incluirse en el plan de alguien más que ya esté bien instalado.

La nueva Ley Antitabaco —aprobada hace apenas un mes— no sólo ha dado tema para programas de debate televisivo, conversaciones de sobremesa, blogs y páginas enteras por la defensa de la libertad de unos de fumar, contra la de otros de respirar. También ha sido nicho para que las revistas de la Ciudad se den a la tarea de publicar auténticas guías ('a la Michelin') de restaurantes con espacios adaptados a los fumadores. O, de plano, guías prácticas para armar una reunión en casa con las mesitas llenas de ceniceros. Esta nueva disposición ha vuelto loca a una ciudad acostumbrada al humo en la que algunos —con tal de tenerlo de nuevo— están dispuestos a correr a la periferia a pasar la noche en las discotecas (bajo la legislación de los Estados colindantes) donde el cigarro es bienvenido.

Lo cierto es que, en medio de toda la polémica, no es difícil encontrar situaciones dignas de Ionesco. Como en las terrazas, donde no permiten el 'ingreso' a jóvenes menores de 18 años o a la familias imposibilitadas para disfrutar del desayuno en la zona descubierta de un restaurante, porque ésas son 'de fumadores' y por lo tanto, prohibidas a menores de edad.

Ahora resulta que la ciudad 'sin humo' ha convertido las zonas al aire libre en propiedad de los fumadores.