Julio Medem estrena su reflexión sobre la evolución del tiempo y el ciclo de la vida en la Expo

Zaragoza.-  El cineasta Julio Medem estrena esta noche en el pabellón de Acciona en la Exposición Internacional de Zaragoza su obra de videoarte "Concha", una reflexión que ha realizado "pensando en su hija" y en la que se entrecruzan el tránsito y el tiempo.

Medem compartirá cartel junto con los cinco cortos ganadores del concurso de vídeo organizado por Acciona para fomentar la sostenibilidad desde una visión artística e innovadora con el lema "Mañana, la vida será mucho mejor", según ha explicado en rueda de prensa la directora del pabellón, Elena Reyna.

Al concurso se presentaron 300 trabajos con un nivel, en opinión de Medem, miembro del jurado, "bastante alto", síntoma de que la expresión audiovisual "ha calado en la gente joven cada vez más".

Del corto ganador, "Evolution", obra de Rubén Casas Oché, se ha valorado el "mensaje nítido" sobre la evolución, ha dicho el cineasta, quien ha añadido que era el que "mejor cara" daba sobre el resto de participantes.

Este corto, junto con los cuatro segundos premios -"Abimbowé" de Alex Montoya; H2O de Albert Bianch; "Be water" de José y Luis Pereira Martín y Javier Sacristán; y "Odisea Canto IV" de Rogelio López Cuenca y Elo Vega-, se proyectarán además todos los jueves en una sesión restringida a 60 personas invitadas o especialmente interesadas en este tipo de arte, precisó Reyna.

Julio Medem no cree que la vida mañana sea mejor pero sí que lo sean las personas porque "empieza a haber conciencia como ciudadanos" sobre el hecho de que el cambio del planeta es "irreversible".

Para el cineasta, que el nivel del mar está subiendo "es imparable" pero defiende que "nos vamos a adaptar a eso"; por eso, en su pieza, un corto de 6 minutos y 30 segundos que se proyecta en vertical y horizontal, se observa cómo a pesar del cambio y de la evolución de las personas la vida de la ciudad sigue.

Medem ha explicado que en su obra se entrecruza el tránsito y el tiempo con una mujer, Concha, y un espacio público, la bahía de San Sebastián, a lo largo de una vida en la que persiste la sensación gozosa de la infancia y la periocidad mientras se percibe cómo el nivel del mar va subiendo.

Para el cineasta vasco, este corto ha sido un trabajo "complejo" que, sin embargo, "siempre" le había apetecido hacer.