Prescott asegura que instó a Blair a echar a Brown del Gobierno

Londres.-  El ex viceprimer ministro británico John Prescott asegura que instó a Tony Blair a echar a Gordon Brown del Gobierno en el punto álgido de sus frecuentes peleas, pero el ex líder laborista tenía miedo de su entonces ministro de Economía.

Prescott, segundo de Blair en el Gobierno durante diez años, hace estas revelaciones en sus memorias, publicadas por entregas desde hoy por "The Sunday Times", un día después de que se hayan hecho público los primeros extractos de la autobiografía de la esposa de Blair, Cherie.

Las memorias del ex viceprimer ministro, consideradas por el rotativo "una de las más sinceras y provocadoras de los últimos tiempos", son un testimonio de excepción de la tumultuosa relación entre los dos hombres más importantes del Nuevo Laborismo británico.

En su autobiografía, Prescott cree que Blair incumplió no una, sino varias veces, sus promesas con Brown y que éste barajó dimitir para luchar por el liderazgo del Partido Laborista desde un puesto de diputado.

El libro hace un repaso de la relación entre los dos políticos desde que en 1983 lograran un escaño en el Parlamento británico, una época la en que, de los dos, era Brown "el líder evidente".

Por ello, cuando en 1994, tras la muerte del entonces líder laborista, John Smith, fue Blair el que se convirtió en el número uno del partido, Borwn estaba verdaderamente "cabreado".

Prescott dice que desconoce que ocurrió en el restaurante Granita de Londres, donde supuestamente los dos políticos se repartieron los papeles del Nuevo Laborismo, pero cree que "Tony tiene la costumbre de decir las cosas que la gente quiere oír" y la gente "le cree porque están encantados con sus sonrisas y sus asentimientos de cabeza".

Las tensiones entre los dos políticos comenzaron ya en la primera legislatura laborista, tras la victoria electoral de 1997, pero fue tras la reelección del 2001 cuando la situación fue a peor, por lo que a Prescott le llevaba cada vez más tiempo "actuar como conciliador".

El político recuerda cómo entonces los dos hombres trataban todo el rato de llevarle a su terreno, "quejándose del otro".

"Tony decía que Gordon no cooperaba en absoluto. Gordon decía que le había engañado de nuevo. En una ocasión Gordon no le permitió que viera sus propuestas para el presupuesto. Incluso prohibió al Ministerio de Economía informarle. Eso va totalmente en contra la tradición. El primer ministro siempre es informado con antelación", escribe.

En una ocasión, cuando Brown estaba incluso más furioso de lo habitual con Blair, Prescott le dijo que si era así como se sentía, "engañado de nuevo" por el ex primer ministro, por qué no dimitía.

Brown se planteó la posibilidad, pero no lo hizo porque era consciente de las posibles consecuencias, relata.

"Con Tony, cuando se estaba quejando de la conducta de Gordon, le dije Échale. Busca un nuevo ministro de Economía, si es así como te sientes en realidad'. Pero ninguno podía dar el paso final. Estaban atrapados en su propia trampa. Tony sabía que echando a Gordon, dividiría el partido", continúa.

Y añade: "También creo que Tony tenía miedo de Gordon. No quería enfrentarse a él".

Al reflexionar sobre cuál de los dos tenía mayor responsabilidad en esa situación, Prescott tiene claro que es Blair quien tiene más parte de culpa.

"Rompió su acuerdo con Gordon, no una vez, sino varias veces. Sin embargo, en defensa de Tony, la mayoría de sus promesas eran ambiguas y condicionadas", asegura.

El ex viceprimer ministro también arroja luz sobre el papel de Cherie Blair en este asunto.

"Creo que a ella no le gustaba Gordon, así que probablemente sentía que cuando más sufriera, mejor, y que Tony se quedara podría disminuir las posibilidades de una toma del poder tranquila", argumenta.