El juvenil nigeriano Gani Shina dice que perdona al conductor que le arrolló porque podía estar muerto

Toledo.-  Gani Shina, juvenil nigeriano del Toledo, que fue atropellado el pasado 8 de marzo por una furgoneta que se dio a la fuga, afirma que como musulmán creyente "perdono a la persona que me arrolló, porque podría estar muerto", pero se pregunta por qué no se detuvo a socorrerle.

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(EFE)

Gani Shina, juvenil nigeriano del Toledo, que fue atropellado el pasado 8 de marzo por una furgoneta que se dio a la fuga, con su amigo y compañero de equipo, Rodrigo Tripolonez (d).

Gani, que ya camina "despacio", al ir sellándose la rotura de tibia y peroné de su pierna derecha y ya recuperado del severo traumatismo craneoencefálico que le mantuvo dos semanas en la UCI, dice que no recuerda absolutamente nada de lo ocurrido.

El jugador, que aguarda con cierta ansiedad su pronta salida del Hospital "Virgen de la Salud", donde se le mima, afirma en una entrevista con Efe que no tiene resentimiento hacia la persona que le atropelló.

"Yo perdono al conductor", expresa en su chapurreo entre inglés y castellano, apenas perceptible ante el hilito de voz que sale por su boca, si bien no comprende por qué le atropelló y luego huyó, ni "porque no me llevó al Hospital".

"Yo no sé, no me acuerdo de nada", repite Gani, quien una vez que despertó del coma inducido "sólo pensé en volver a casa y recuperarme para volver a jugar".

El CD Toledo y, en especial, sus compañeros, se han volcado en Gani, a quien le han venido cuidando y tratando con esmero desde el fatídico día en el que cruzó el paso de cebra frente al estadio en el Salto del Caballo cuando se dirigía a un entrenamiento.

La Policía Local, en colaboración con la Guardia Civil, sigue investigando el paradero del autor del atropello y sospechan que tiene el vehículo escondido para tratar de deshacerse de él dentro de unos meses, según dijo a Efe el concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Rafael Perezagua.

Con 16 años, Gani llegó en agosto del pasado año a Toledo. Salió de Lagos, capital de Nigeria, rumbo a Francia dispuesto a labrarse un futuro futbolístico, su auténtica pasión, "lo más importante".

Animado por su hermano, de 21 años, "que trabaja y juega al fútbol en Galicia -en un club de Preferente-, aunque ahora está lesionado en una rodilla", Gani terminó en Madrid hasta que le reclamó el CD Toledo, en cuyo equipo juvenil ha jugado los últimos seis meses.

Sólo piensa que "en tres o cuatro meses comenzaré a correr", en recuperar peso -entre risas se toca y se mira su estómago, sin un ápice de grasa, ni casi de músculo- y progresar en la rehabilitación de su pierna, de ahí que no se pierda una sola sesión de gimnasio.

Gani Shina, sin perder nunca su sonrisa infantil, mientras se toca las cicatrices de la operación en su pierna diestra, se atreve a descubrir que "el capitán del equipo, Borja, viene todos los días" y que "todos los días estaban dos compañeros del equipo conmigo, se alternaban" cuando abandonó la UCI.

"Todos bien conmigo, el presidente, vicepresidente, entrenador", señala este seguidor "de siempre" del FC Barcelona, que dice jugar "en la misma posición que Toure Yaya", jugador costa marfileño del equipo blaugrana.

Gani no oculta sus ganas de volver al piso que comparte con el argentino Rodrigo Tripolonez y el brasileño Luciano Alves, como él, jugadores del CD Toledo.

Convencido de que el fútbol es toda su vida y que quiere triunfar "para ganar dinero y poder traer a mis padres de Nigeria", repite que se queda "en el Toledo".

Su sueño de hacerse futbolista, incluso entrenaba con el primer equipo, a las órdenes de Carlos Sánchez Aguiar, ya tiene fecha: "ahora andar y pronto correr, correr", dice con una amplia y tímida sonrisa.

Tripolonez, argentino de 20 años que juega en el filial del CD Toledo, en la regional castellano-manchega, compañero de piso y "hermano mayor" de Gani Shina, solo tiene palabras de cariño para el nigeriano.

"Gani es muy sencillo. Tiene 16 años, es un niño y no sabe, se entretiene con pequeñas cosas, no necesita muchas cosas para ser feliz", asume. "Jugamos, nos metemos con él, siempre estamos de cachondeo, por eso yo creo que es feliz".

"Tripo", que comparte la tarea de jugador del club toledano con la de entrenador del infantil, recuerda el día del atropello: "Gani siempre llega a las 18-18:30 a casa, al retrasarse le pregunté a mi compañero, pero tampoco sabía. A los 20 minutos me llamó el míster y me dijo que había tenido un accidente".

"En ese momento no se me pasó nada por la cabeza", afirma este joven, pero avezado jugador, que jugó en Paraguay y llegó al CD Toledo tras un paso efímero por el fútbol alemán, "pero me preocupó mucho, me emocionó mucho verlo con todos los cables, intubado; lo pasé mal".

Cuando pudo hablar por primera vez con él, tras salir del coma inducido, "le pregunté si estaba bien, si me reconocía y contestó afirmativamente. Sabía que estaba en el Hospital, por un accidente, pero no sabía porqué, no recordaba nada", subraya "Tripo", sin dejar de acariciar cariñosamente la cabeza de Gani.

Este interior argentino, devoto del Boca Júniors y de Tévez, delantero del Manchester United, resalta que "cuando no entrenamos, a Gani le encanta la Play Station, juega muy bien".

Sin titubear, "Tripo" reconoce que a Gani "le ha ayudado que el nivel humano del equipo es muy alto. Si salimos a dar una vuelta, lo hacemos todos juntos, y eso le ha venido muy bien. Chiste va, chiste viene".