Human Rights Watch y Amnistía Internacional denuncian crisis en Zimbabue

Johannesburgo.-  Human Rights Watch y Amnistía Internacional expresaron hoy su preocupación acerca del posible estallido de violencia general en que podría desembocar la crisis postelectoral en Zimbabue, donde el Gobierno insiste en que es necesaria una segunda vuelta de los comicios presidenciales.

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(EFE)

El presidente zimbabuense, Robert Mugabe.

La Comisión Electoral dio a conocer los resultados de los elecciones parlamentarias del 29 de marzo, pero se niega a proporcionar el escrutinio de las presidenciales que se realizaron simultáneamente, lo que ha creado tensiones entre el Gobierno y la oposición, que ha recurrido a la Justicia para forzar a aquella a divulgar los datos.

La reunión cumbre extraordinaria de la Comunidad para el Desarrollo de África del Sur (SADC, en inglés) el próximo sábado en Lusaka (Zambia) es la última oportunidad que tiene el organismo regional para resolver la creciente crisis política en Zimbabue, afirma Human Rights Watch en un comunicado divulgado en Johannesburgo.

"Es hora de que los líderes del sur de África hagan algo para evitar la creciente amenaza de un desastre de derechos humanos en Zimbabue", señala en el documento Georgette Gagnon, directora de Human Rights Watch para este continente.

La SADC tuvo a cargo la mediación (que lideró el presidente sudafricano, Thabo Mbeki) entre el gobierno y la oposición zimbabuense para lograr reformas tendentes a que las elecciones fueran libres y justas y su misión de observadores de los comicios dijo que los mismos fueron una "expresión pacífica y creíble de la voluntad del pueblo".

Gagnon advirtió, sin embargo, de que en lugar de permitir al presidente zimbabuense, Robert Mugabe, establecer los términos de las conversaciones en la cumbre de Lusaka, los líderes de la SADC "deben insistir en que éste escuche la voluntad del pueblo zimbabuense y ponga fin a los abusos de su gobierno".

Zimbabue está dispuesto a acudir a la cumbre de la capital zambiana, pero ha recalcado que no aceptará ningún tipo de interferencias externas que pongan en riesgo la soberanía del país y que no permitirá que ninguna organización, nacional o internacional, usurpe la autoridad de la Comisión Electoral.

Human Rights Watch afirma que la gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), está utilizado "medidas extremas" para anular las elecciones generales del 29 de marzo e impide que la Comisión Electoral, cuyos miembros fueron nombrados por Mugabe, divulgue el resultado de las presidenciales.

La oposición asegura que, según los cómputos de las actas electorales colocadas a la puerta de los centros de votación, el candidato presidencial del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai, obtuvo un 50,3 de los sufragios y que Mugabe sacó un 43,8 por ciento de los votos.

Según el MDC, estos resultados hacen innecesaria una segunda vuelta electoral.

Human Rights Watch subraya que en los últimos días se han registrado incidentes de violencia perpetrados por simpatizantes de la ZANU-PF contra activistas de la oposición y que la policía, aparentemente, "es incapaz o se niega a arrestar a los culpables".

En términos similares se expresa, también a través de un comunicado de prensa en Johannesburgo, Amnistía Internacional (AI), que hace un llamamiento para que se ponga fin a la violencia política en Zimbabue, donde, afirma, "los ataques parecen ser coordinados contra simpatizantes de la oposición".

Actos de violencia han sido informados en Harare, la capital, y en las provincias de Mashonalandia del Este, Matabelelandia del Norte y Manicalandia, según AI, que puntualiza que las víctimas han sido atacadas mientras viajaban en autobuses o en sus propias casas en las áreas rurales, granjas y barrios urbanos.

En un ejemplo de esos ataques, AI señala que el pasado 6 de abril un grupo de soldados atacó con bastones a los parroquianos de un bar en un centro comercial de la ciudad de Gweru tras acusarlos de "no haber votado correctamente".

Amnistía Internacional recibió con beneplácito la cumbre de emergencia de la SADC para discutir la crisis zimbabuense e instó a los líderes de la organización regional -compuesta por 14 países- a "redoblar los esfuerzos diplomáticos para evitar un mayor deterioro de los derechos humanos en Zimbabue".

"Los líderes de SADC deben reconocer las violaciones de los derechos humanos que llevan a cabo en Zimbabue las fuerzas de seguridad, veteranos de la guerra (de la independencia) y simpatizantes de partidos políticos e insistir en que se ponga fin a la violencia política", dijo Simeon Mawanza, investigador de AI en el país.