Paren ya, por favor

Sé que hay gente para todo, y me parece bien. Acepto cualquier actividad sexual entre adultos no coaccionados: ¿que quieren darse azotes?, pues vale; ¿que se ponen con insultos?, pues también. Soy liberal para esas cosas. Hasta diría, sin entrar en detalles, que el rollo dominanta y el punto sadomasoca pueden tener su gracia.

Juanjo Martín (EFE)

Mimos a la cara, pero por la espalda... "debates de ideas".

No me escandaliza lo que haga el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, Max Mosley, con las señoritas que contrata. Me parece de mal gusto lo de los uniformes nazis y los trajes de reclusa de Auschwitz, pero es una opinión personal. Lo que me escandaliza es que el vídeo de la orgía, un asunto privado, circule por internet. Lo mismo me pasó con lo de Ramírez, el de «El Mundo», y Exuperancia: ¿qué le importa a la gente lo que haga ese señor en la cama? Los canallas fueron los que filmaron y difundieron.

Creo que me he explicado. No quiero meterme en la vida de nadie. Salvo en lo tocante a los niños, soy partidario de la libertad sexual y de que cada uno disfrute como le dé la gana.

Dicho esto, todo tiene un límite. Incluso entre adultos que consienten. Y, visto que me dejan escribir en el «Soitu», quiero hacer un llamamiento, una súplica: por favor, paren ya. Sin ser estrecho, uno tiene su decencia y su corazoncito. Hasta los juegos sadomasoquistas pueden llegar a una crueldad insoportable. Y, además, está la ley. Hay cosas que no pueden hacerse en público.

O sea, que no aguanto más. A usted le irá la marcha, señor Rajoy, pero yo ya no puedo con la vocecita de la señora Aguirre. «Que somos moralmente mejores que el PSOE», y toma latigazo. «Que sólo quiero un debate de ideas», y toma pellizco. «Que a día de hoy no sé si me presento», y toma patada en la espinilla. O lo hacen en privado, o se va usted a su casa, o se lo arreglan como quieran. Yo no pienso soportar esto hasta junio. Y aviso: a la próxima, llamo al 091.