La imagen que el COI no quiere que se repita en los Juegos Olímpicos de Pekín

Será difícil encontrar en Pekín a un Tommie Smith o un John Carlos 'empuñando el guante del Tíbet Libre' sobre el podio. El Comité Olímpico Internacional (COI) ha decidido prohibir toda manifestación política sobre el lugar reservado a los ganadores, y permitir a los atletas, eso sí, "expresarse libremente en la zona mixta (que comparten con los medios de comunicación), en la sala de prensa, en la ciudad o en la villa olímpica", según confirmó el presidente del organismo, el belga Jaques Rogge.

Tommie Smith y John Carlos (con el puño en alto) junto al australiano Peter Norman (que les apoyaba en la causa) sobre el podio en México 68

En principio, con esta medida el COI estaría haciendo una interpretación laxa de la prohibición que marca la propia Carta Olímpica, cuyo artículo 51 señala que "no se permitirá ningún tipo de manifestación, ni propaganda política, religiosa o racial en ningún emplazamiento, instalación u otro lugar que se considere parte de los emplazamientos olímpicos".

Así pues, el podio será prácticamente el único lugar en el que los atletas no podrán expresarse y reclamar, por ejemplo, la liberación del Tíbet o el cumplimiento de los derechos humanos por parte del país anfitrión, tal y como algunos medios vienen reclamando a los deportistas que participarán en la cita olímpica. En definitiva, un intento de no trasladar a la pista las protestas que se vienen sucediendo durante el recorrido mundial de la antorcha por Londres, París o San Francisco.

Con ello se pretende evitar que se repita la mítica imagen de México 68, con los velocistas norteamericanos Tommie Smith (oro en 200 m) y John Carlos (bronce) subidos al podio, puño en alto con guante negro y cabeza baja, mientras sonaba el himno de su país, en un gesto de protesta por los brotes racistas en EEUU, que dieron origen al movimiento Black Power. Su imagen dio la vuelta al mundo y se convirtió en todo un símbolo, pero a los dos campeones les supuso su expulsión del equipo nacional y de la villa y a su regreso sufrieron una campaña de acoso, que les apartó de la competición deportiva durante muchos años.