Una candidata embarazada de optimismo que busca mantener un amplio margen con el PP

Barcelona.-  Es la más joven y ya es ministra y cartel electoral del PSC en las generales. Carme Chacón no es una candidata usual, incluso es la primera mujer embarazada que afronta el reto de una campaña catalana y lo hace con un eslogan, "La Catalunya optimista", que busca mantener distancias con el PP.

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(EFE)

La ministra de Vivienda y cabeza de lista del PSC por Barcelona, Carme Chacón, durante su intervención en el mitin de campaña de esta formación en el pabellón ferial de Tortosa.

Con este carácter precoz y pinta de empollona, Carme Chacón Piqueras (Esplugues de Llobregat, 1971) accedió al Ministerio de Vivienda en julio pasado, en donde ha apostado fuerte por la renta de emancipación básica, una ayuda a los jóvenes para volar del nido paterno.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona y profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Girona, Chacón inició su carrera política en 1999 como concejal y teniente de alcalde de Esplugues de Llobregat, una localidad del Baix Llobregat, comarca de referencia de los máximos dirigentes del PSC, como José Montilla.

Un año más tarde y con sólo 29 años, Chacón logró acta de diputada en el Congreso y fue escalando en el PSOE hasta convertirse en 2003, de forma fugaz y durante siete meses, en portavoz de los socialistas españoles, algo poco común proviniendo de un partido, el PSC, federado al PSOE.

Con la victoria inesperada de José Luis Rodríguez Zapatero en marzo del 2004, fue nombrada vicepresidenta primera de la Mesa del Congreso de los Diputados.

Esta socialista catalana es seguramente la persona del PSC de mayor confianza del presidente del Gobierno, a quien profesa una admiración que sólo se ve superada por la que tiene a Felipe González, como confesó en las recientes visitas del ex presidente del Gobierno a Cataluña.

Chacón estuvo al lado de Zapatero cuando éste, en el reñido congreso del PSOE del 2000, ganó a José Bono la secretaría general de los socialistas españoles. La mayoría de dirigentes del PSC apoyaron a Zapatero ante un Bono poco sensible a las diferencias territoriales.

En poco tiempo, Chacón se ha convertido en ministra, se ha casado -su marido es el ex secretario de Estado de Comunicación Miguel Barroso- y espera un niño, el nombre del cual aún no ha decidido.

Ahora quiere repetir como diputada y como ministra y hay quien en las filas socialistas le augura un futuro, a medio plazo, que podría pasar por la plaza de Sant Jaume, como relevo de José Montilla al frente de la Generalitat.

Pese a una cierta mirada de miope, su juventud y dulce sonrisa la hacen "ideal" como cartel electoral, según reconocen en privado incluso algunos dirigentes del PP catalán.

Pero sus colaboradores más cercanos destacan de ella que no es una persona nada superficial, sino que le gusta empollarse los temas, llegar a los actos con grandes conocimientos sobre el terreno y que su meticulosidad le lleva a escribirse unos guiones que lee de cabo a rabo sin apenas improvisaciones. Es, dicen, perfeccionista.

El aparato del partido la lleva entre algodones durante la campaña y evitan que se exponga a menudo a las preguntas de los periodistas.

La estrategia de Chacón, religión estos días en el PSC, es cargar contra el PP y alertar de los peligros que puede suponer una vuelta al Gobierno de Rajoy, Acebes y Zaplana, por lo que llaman a los catalanes a la movilización, para frenar a la derecha "más reaccionaria" de Europa y más "anticatalana".

Chacón busca mantener el margen de 15 diputados que el PSC obtuvo en 2004 respecto del PP en Cataluña, unos resultados que permitieron a José Luis Rodríguez Zapatero acceder a la Moncloa, que registró un margen de 16 escaños en toda España respecto del PP.