Fantasía

Ya habrán notado ustedes, perspicaces como son, que este país ha dejado de ser este país. Eso, más o menos, ha ocurrido en todas las campañas electorales que he visto por aquí. Pero ahora es tremendo. España es, hasta el día 9, una ficción inspirada (lejanamente) en hechos reales. España va muy bien y España va muy mal. España se rompe y España está más unida que nunca. Suben las hipotecas y bajan las hipotecas. En fin, lo de costumbre, pero más exagerado.

(REUTERS)

No hay quien los reconozca disfrazados para la campaña.

Lo más curioso, en mi opinión, es el tema de los políticos. ¿Se acuerdan de Zapatero? Zapatero negoció con ETA, impulsó el nuevo Estatuto catalán y pactó con los independentistas. Pero ese era Zapatero. Ahora tenemos a Zapatero, héroe de la unidad nacional con acento circunflejo.

¿Y Rajoy? ¿Se acuerdan de Rajoy? Ese era uno que andaba por ahí con Acebes y Zaplana, opinaba que ETA estaba relacionada con el 11-M, que el cambio climático era una chorrada y que España, después de la cosa del Estatuto, iba a durar dos telediarios. Ahora le han sustituido por Rajoy, un señor maquillado y reteñido que se queja de los inmigrantes (gracias, colega, el día que vote lo tendré en cuenta), que no ha conocido en su vida a los tales Acebes y Zaplana y habla todo el rato del precio de la leche y de una niña que canta '¡Que viva España!' en seis idiomas.

Visto que en campaña todo ha de ser distinto y mejor, ¿por qué no dejar las cosas en manos de auténticos profesionales? Los partidos deberían tener libertad total para proyectar sus fantasías, y mostrarnos sin limitaciones su visión del mundo. El PP, por ejemplo, podría montar una gira electoral con George Clooney, en el papel de candidato, y Mr. Bean, en el papel de rival patoso. Los polideportivos españoles se llenarían para ver 'El debate', la función en la que Rajoy (interpretado por Clooney, con la barba apropiada, las gafas y el flequillo untado en tinte) humillaría dialécticamente a Zapatero (interpretado por Mr. Bean). Como secundaria, Meryl Streep, que borda los papeles de mala, haría una estupenda Esperanza Aguirre.

El PSOE triunfaría también con su versión del debate, en la que Zapatero (encarnado por Brad Pitt con unas cejas postizas) hundiría en la miseria al infeliz Mariano (Danny de Vito con barba y saliveo) y, obviamente, se casaría al final con la niña de España.

¿No les parece que sería lo mismo, pero mejor? Total, ya sabemos que después del día 9 volverán el viejo Zapatero, con sus enredos, y el viejo Rajoy, con sus zaplanas. Puestos a vivir una fantasía, vivámosla a fondo.