Artistas del cine y el teatro homenajean a Fernán Gómez en el teatro madrileño que lleva su nombre

MADRID.-  Artistas del mundo del cine y del teatro, acompañados por personalidades de la política municipal madrileña, homenajearon hoy al fallecido Fernando Fernán Gómez en el Centro Cultural de la Villa que, desde hoy, lleva oficialmente el nombre del actor, dramaturgo, director y literato.

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ep (EUROPA PRESS)

Artistas del mundo del cine y del teatro, acompañados por personalidades de la política municipal madrileña, homenajearon hoy al fallecido Fernando Fernán Gómez en el Centro Cultural de la Villa que, desde hoy, lleva oficialmente el nombre del actor, dramaturgo, director y literato.

"Para que el recuerdo del mayor cómico español del siglo XX no se marchite, Madrid, donde él conoció el sufrimiento y la gloria, ha decidido rebautizar este teatro con su nombre y dedicarle este acto emocionado de homenaje", recitó el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, antes de citar unos cuantos apuntes de la vida de Fernán Gómez.

A continuación, el primer edil eludió excusar el mal carácter de Fernán Gómez, aludiendo a que era un "hombre de secreta ternura que quiso protegerse con todas las máscaras que su profesión puso a su alcance, incluida la del impaciente cascarrabias, pero que no pudo ser ante todo una persona desbordante".

Una ovación de todo el auditorio, unas 300 personas reunidas frente a las tablas que fueron testigo de la última aparición del acto en Madrid, siguió al discurso emocionado del alcalde y a un brindis a la salud del homenajeado. A continuación comenzó el recital que sus amigos y compañeros le habían preparado, con textos de diversos escritos del propio Fernán Gómez.

El espectáculo, coordinado por Mario Gas, contó con grandes figuras de la escena como Gabino Diego, Juan Diego, Verónica Echegui, Nuria Espert, Blanca Portillo, Rosa María Sardá, Juan Ribó o Concha Velasco, que llenaron de humor y melancolía los corazones de los presentes.

Además, no quisieron perderse el homenaje los portavoces municipales de PSOE e IU, David Lucas y Ángel Pérez respectivamente; los delegados de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo; de Las Arte, Alicia Moreno; y de Obras y Espacios Públicos, Paz González; ni la directora del teatro, Mora Apreda, ni tampoco artistas como Pedro Almodóvar, Rafael o Gemma Cuervo. Incluso el juez Baltasar Garzón acudió a la cita.

RECITAL DE FERNÁN GÓMEZ A FERNÁN GÓMEZ

Así, con una flauta y un piano en escena, tenuemente iluminados por una luz que perfectamente podría haber sido la de uno de los cafés donde Fernán Gómez pasó largas horas de su vida entre el humo y las copas, discutiendo si encontraba con quién, los artistas fueron desfilando por el escenario haciendo chascarrillos que recordaban algunas de sus más célebres frases, describiendo cómo era el actor por dentro y por fuera y volcando ante todos los espectadores recuerdos y sentimientos que no han muerto a pesar de que Fernán Gómez falleciera hace ya casi tres meses.

Textos cómicos, textos íntimos, textos sarcásticos, textos duros. Sobre el sexo, sobre la soledad, sobre filosofía, sobre política. Incluso riéndose de su propia profesión y sobre sus compañeros. El carácter del actor quedó expuesto sobre las tablas en su plena complejidad y haciendo burla de todo y de todos.

Un emocionado Manuel Alexandre logró hacer saltar las primeras lagrimillas que no fueron de pena, al decir que sólo tenía una palabra para Fernán Gómez: "Él será siempre mi hermano". Y la emoción se sintió en la piel con la interpretación profunda y sentida de un tango por parte de Miguel Poveda y las bailarinas Carolina Román y Silvia Fuentes.

Para terminar, Mario Gas recapituló el recital explicando que todo lo anterior habían sido sólo fragmentos de la obra del dramaturgo, pero que aún quedaba por verle a él mismo, haciendo lo que más le gustaba y mejora hacía, recitar. La tecnología hizo el resto y trajo de nuevo ante los espectadores de la capital a Fernán Gómez recitando un poema de León Felipe y otro anónimo del siglo XX.

Y así se fue, otra vez. Con una ovación y todo el auditorio en pie. Como en los viejos tiempos. Que caiga el telón.