Rajoy, explícamelo mejor

Pues no sé si firmar o no firmar. Al principio, el contrato de Rajoy no me pareció mal. Lo de comprometerse a respetar las leyes no es un problema; en eso, más o menos, voy bien. Lo de pagar impuestos, pues vale, como todo el mundo; a veces se trabaja de legal y a veces en negro. La parte mejor era la de "respetar las costumbres", porque en eso, amiguitos míos, cumplo de sobras.

J. L. Meléndez (EFE)

Cuando comemos en el bar toda la brigadilla, me esfuerzo por hablar tan alto como un español de bien. Cuando hay ocasión de escaqueo, no me pierdo la siesta. Aparco la furgoneta en doble fila, juego a la lotería y al euromillón, leo diarios gratuitos, veo mogollón la tele, hablo de fútbol y ceno a medianoche. Ahí no hay quien me pille: integrado como el que más.

Pero anoche vi a Rajoy con Gabilondo y me confundió las ideas. Resultó que en materia de «valores y costumbres» a respetar, Rajoy no se refería a la siesta y al griterío, sino a renunciar a la poligamia y al corte del clítoris. Hasta donde yo sabía, en España no eran legales esas cosas. Ahora bien, si la poligamia es una «costumbre», y no un delito, no firmo el contrato. Lo del clítoris estoy del todo en contra, pero si la poligamia es optativa, dejo la opción abierta. Nunca se sabe.

Luego salió un tal Cañete que me lió todavía más, porque dijo que antes los camareros le traían en un momento el café con leche con berberechos y manteca colorá, y ahora no sé si le tardan o se le equivocan o hay una directiva europea que prohíbe pedir servir mezclas tan raras. A ver, Cañete, ¿qué tienen que ver los berberechos y el café con todo esto?, ¿qué pasa, que los camareros inmigrantes no son buenos? La solución es muy fácil, oiga: se pone en la hostelería un salario mínimo de 5.000 euros, y tendremos detrás de la barra españoles con pedigrí, escudo heráldico, varices, uña negra y dedo en la sopa.

Ahora parece que no, que el problema de verdad es el velo, la burka y los moros en general. Pues bueno, pues vale. En eso estoy de acuerdo: no me gusta nada que el camarero lleve el burka. Todo lo demás me parece una chorrada.