El Nuncio y Galán abandonan a Zapatero como alma que lleva...

Hay campaña electoral y Zapatero aprovecha cualquier acto para ligarse al personal más adusto -por ejemplo los empresarios-, defenderse de los ataques de la Iglesia apelando al Nuncio del Vaticano en persona o intentar explicar cómo es ese lío de que una eléctrica francesa, que además es pública, se puede quedar con Iberdrola. Todo lo ha intentado hoy, en un almuerzo en Madrid.

(EFE)

Zapatero, con el Nuncio.

Los franceses de EDF podrán entrar en Iberdrola si las empresas llegan a un acuerdo, ha dicho Zapatero. E Ignacio Sánchez Galán, presidente de la eléctrica, ha tomado nota en el sentido literal de la palabra. El Nuncio del Vaticano, Manuel Monteiro, ha sido más avispado, y ha cerrado una cita con el presidente, en un breve tête à tête.

Monteiro- No, no, cuando tú digas.

Zapatero- La semana que viene. Te llamo sin falta la semana que viene.

Este era el diálogo de peloteo que ha tenido lugar tras la intervención del presidente del Gobierno en el foro de Europa Press, con un discurso netamente económico, dirigido a unas decenas de empresarios de peso y a un centenar de periodistas.

Entre tanto invitado de pro -políticos afines, empresarios e infiltrados-, fotógrafos y plumillas, el Nuncio del Vaticano en España y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se han convertido en coprotagonistas, seguramente involuntarios, del almuerzo.

Con la broma del caldito, Zapatero ha aprovechado para cargar contra la última nota de la Conferencia Episcopal y de los obispos españoles, pidiendo respeto "para quien ha sido elegido por la voluntad popular". Ha sido uno de los momentos en que se ha mostrado solemne, aprovechando luego la cita para volver a coquetear con el Nuncio. Mientras el monólogo del presidente se producía desde la tribuna -aunque Monteiro estaba sentado en la mesa presidencial-, el clérigo no ha movido un músculo. Miraba a Zapatero y el blanco alzacuellos no se inmutaba en su garganta. El Nuncio permaneció impertérrito mientras duraron todas las bromitas presidenciales. Y también cuando el presidente se puso serio para pedir respeto. Sólo al final Monteiro fue el primero en subir a la tribuna de las preguntas y pidió la cita en el breve diálogo.

Ahí quedó todo con respecto a la Iglesia, porque Manuel Monteiro salió huyendo de los periodistas como alma que lleva el diablo, seguido a paso más que ligero por Ignacio Sánchez Galán, el número uno de la segunda eléctrica española.

La posible entrada de la eléctrica pública francesa EDF en Iberdrola centró el final de las decenas de preguntas y las miradas de los empresarios sobre la brillante coronilla de Sánchez Galán. A Galán le tocó sentarse entre Isidoro Álvarez -a su izquierda, por tanto al lado del oído malo de don Isidoro- y su amigo y presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró. Como era imposible entenderse con Álvarez sin hablar fuerte, Galán ha tenido disculpa para inclinarse por Gabarró, aunque lo cierto es que todos han escuchado con aparente interés al ocupante de La Moncloa.

Florentino deja su silla vacía

Sólo cuando han llegado las preguntas sobre Ibedrola, Galán ha tirado de lápiz y ha apuntado la primera respuesta del presidente sobre la eléctrica: "¿El Gobierno francés, Sarkozy, le ha manifestado su interés por entrar en Iberdrola?", ha preguntado el moderador de Europa Press Ángel Expósito (desde hace un rato, nuevo director de ABC). "No", ha dicho el presidente. Acto seguido se ha metido en un jardín, en el que ha dicho que sí, que no, pero todo lo contrario. O sea, que el presidente Sarkozy no le ha hablado, pero que el Gobierno francés y otros países europeos han manifestado su interés por entrar en las eléctricas españolas, como Iberdrola.

Pero Galán ha tomado nota sólo del primer vocablo presidencial, ese "No" que podría bastar para contrargumentar en La Moncloa y frente a su socio y contrincante Florentino Pérez. El ex presidente del Real Madrid, y presidente de la constructora y de servicios ACS, no ha acudido a la comida, pese a tener confirmada su asistencia. Le tocaba sentarse en la misma mesa que Galán.

Acabado el acto, mientras la fontanería mayor de La Moncloa se dejaba querer por el poder económico, la gente de prensa de Fernando Moraleda arrastraba fuera al director de la Oficina Económica, David Taguas, no fuera a hablar demasiado con empresarios o algún periodista,

Esa suerte que tiene Miguel Ángel Revilla, el presidente de Cantabria, que como no tiene quien le diga lo que puede decir o no, ha dicho lo que le ha parecido una vez más. Y así se lo ha hecho saber al Nuncio. "Que yo soy católico y practicante se lo he dicho al Nuncio, un hombre de buen talante. Pero a mí, como católico, me ha molestado la nota de la Conferencia Episcopal", comentaba Revilla a los periodistas, mientras dejaba el hotel Intercontinental para tomar su consabido taxi.