Evo Morales alcanza su segundo año de mandato con un diálogo abierto pero sin frutos

La Paz.-  El presidente de Bolivia, Evo Morales, cumplirá mañana dos años de mandato, en un momento marcado por el diálogo iniciado con sus opositores que, hasta ahora, no ha dado frutos para aliviar la crisis política del país.

(EFE)

Morales conmemorará mañana martes el segundo aniversario de su investidura con la presentación de un informe de gestión ante el Congreso. Seguidores y opositores han convoncado a actos con motivo de la fecha.

El proyecto constitucional con el que Morales pretende "refundar" Bolivia, los procesos autonomistas en varias regiones opositoras y el reparto de las rentas petroleras mantienen abierta una brecha política en la que las posturas están muy lejos de alcanzar el gran acuerdo nacional que propone el presidente.

De hecho, la continuidad del ya denominado "diálogo nacional" puede estar en peligro si finalmente la región de Santa Cruz, la más próspera del país y principal foco de oposición a Morales, decide abandonar la negociación.

Varias regiones están molestas con la decisión del Gobierno de pagar desde el 1 de febrero una renta a la vejez financiada con sus ingresos petroleros, cuando estaba pendiente de debate una propuesta alternativa de los departamentos.

En este escenario, Morales conmemorará mañana martes el segundo aniversario de su investidura con la presentación de un informe de gestión ante el Congreso. Paralelamente se ha convocado una concentración de movimientos afines al Gobierno en la Plaza Murillo de La Paz, donde se ubica el Palacio Presidencial.

No faltarán tampoco actos de protesta, como el paro de 24 horas convocado para mañana por la Central Obrera Boliviana (COB) para reclamar mejoras salariales por la pérdida del poder adquisitivo en más de un 20 por ciento.

Así lo confirmó a Efe Sósimo Paniagua, secretario de Organización de la COB, que también demanda una nueva ley de pensiones.

Evo Morales Aima, primer presidente indígena de Bolivia, fue investido el 22 de enero de 2006, un mes después de que su partido, Movimiento al Socialismo (MAS), ganase las elecciones con un inédito respaldo del 53,7 por ciento de los votos.

El principal reto de su mandato ha sido la nueva Constitución, un texto que debe ser ratificado en referéndum tras ser aprobado en solitario por el oficialismo y sus aliados en tan solo dos sesiones plenarias de la Asamblea Constituyente, sin apenas debate y sin la presencia del principal partido de la oposición, Podemos (derecha).

En una de esas sesiones, la celebrada en Sucre en noviembre, el conflicto por la nueva Carta Magna generó una confrontación social que llevó a la Asamblea a reunirse en un recinto militar y que provocó tres muertos en las calles.

Otra de las "banderas" de la gestión de Morales fue la nacionalización de los hidrocarburos en mayo de 2006, que supuso la renegociación de los contratos con las petroleras que operan en el país y que, según los críticos, solo ha supuesto una simple reforma tributaria.

No obstante, éste fue el mayor éxito del primer año de mandato de Morales, cuya popularidad se elevó al 81 por ciento cuando decretó la nacionalización del sector.

Ahora, en su segundo aniversario, sondeos publicados recientemente por medios locales le otorgan un respaldo del 50,6 por ciento.

En cualquier caso, Morales ha batido un récord de permanencia en el poder si se compara con sus últimos cuatro antecesores en el Palacio Quemado de La Paz y afronta el reto de ser el primer presidente de Bolivia que termina un mandato de cinco años en lo que va de siglo.