Claves para una noche plural de discotecas

ZÚRICH (SUIZA).-  En menos de un decenio, Zúrich ha pasado de ser una ciudad de ambiente puritano -es la cuna del reformador Ulrico Zwingli coetáneo de Lutero- en la que los bares debían cumplir a rajatabla la hora de cierre a las dos de la madrugada, a ser un referente de la vida nocturna europea.

www.mascotte.ch

Años atrás era impensable encontrarse a la ciudad en la portada de la revista inglesa 'Wallpaper', la biblia de los trends mundiales, pero ahora cada mes abren nuevos garitos, y aunque la mayoría no consigue establecerse a largo plazo, sí contribuyen a que el número de discotecas y bares sea muy alto para una ciudad de 371.000 habitantes.

Ante este panorama, se hace imprescindible averiguar qué club está de moda. Más que cualquier recomendación en una guía turística o el consejo de un local, el indicador más seguro para un visitante es una cola larga delante de un garito. Para cualquier no zuriqués esta costumbre puede parecer rara, incluso masoquista, teniendo en cuenta las bajas temperaturas invernales.

Si decides aguantar estoicamente la espera a la intemperie, que en casos extremos puede llegar a los 45 minutos, será recompensado con una fiesta que, por lo general, vale la pena. La música está pinchada por DJ’s selectos y el baile garantizado. Si por el contrario prefiere ahorrarse un congelamiento, se encontrará ante una pista de baile vacía.

Este fenómeno lo puedo comprobar en carne propia cada fin de semana en mi club preferido, el Mascotte, que tras unos años de sequía y mal manejo volvió a recuperar el brillo de años pasados. Sin importar el día de la semana, la gente se arremolina ante la entrada, para disfrutar de las fiestas cuyos lemas revelan una temática variadísima, que van desde hip hop,'The Message', rock duro, 'Karaoke from Hell', música ochentosa, 'Miami Vice', hasta música griega, 'Be Greek'.

En esta última estuve el día de Navidad, y pude contemplar una vez más el ya clásico ritual. La cola se divide en dos filas, una normal para los plebeyos y otra para la nobleza de la noche: los socios del club y los integrantes de la lista de invitados. Los primeros entran gratis.

Si no te encuentras entre los afortunados, se puede echar mano del viejo método del enchufe, de apelar a la amistad del portero o, más importante, la de la mujer que maneja la lista, que decide en última instancia quién entra. Como carezco de ésta, de poco me sirvió hablar con el 'gorila' conocido, por lo que hablé con el organizador mismo de la fiesta, Nikos Vettas.

Las fiestas de Nikos Vettas

Nikos empezó con pequeñas fiestas en la iglesia ortodoxa griega, que con el tiempo atrajeron también a un público fuera de la comunidad griega. Hoy día su exitosa empresa k3p organiza no sólo las 'Be Greek', sino también fiestas de música negra -hip hop y r’n’b-, bajo la etiqueta 'Ladylicious'. Una vez dentro, disfrutamos del recital en vivo de Ithikon Akmeotaton, recientemente elegidos el grupo revelación en Grecia y supuestamente a un paso de dar el salto a la fama también fuera de los círculos no griegos.

Presencié un show lleno de energía, que incitó a bailar a todo el público presente, con movimientos parecidos a los vistos en 'Zorba el Griego'. Incluso los no griegos, que no eran pocos, se dejaron contagiar del ambiente eléctrico, que incluye la graciosa costumbre de arrojar servilletas al aire, alfombrando de blanco el suelo de la pista. El que al final de la noche no termina extenuado, no estuvo en una 'Be Greek'.

Fiestas así definitivamente marcan el carácter cosmopolita que Zúrich adquirió en estos últimos años. Tan diferente al que tenía cuando llegué a la ciudad en 1990 desde Buenos Aires y muy a pesar del Partido Popular Suizo, que causó titulares negativos en los diarios de todo el mundo gracias a su cartel de la oveja negra echada del país por ovejas blancas, con motivo de las elecciones parlamentarias del pasado octubre. Lejos de ser barrido por el racismo y la intolerancia, el multiculturalismo está vivito y coleando en Zúrich.