Estamos en Luxor. Por desgracia no es raro ver por la ciudad niños de todas las edades, algunos realmente pequeños, que piden limosna o venden souvenirs a los turistas. Sólo algunos pueden acceder a la educación primaria y son muy pocos los que estudian secundaria y la universidad. En la imagen, un niño se agarra a la calesa de unos turistas empeñado en venderles unos collares.